Es una de las formas de hacer submarinismo más atractivo aunque para ello, dado el medio en el que nos movamos, se deben extremar las precauciones y la preparación. Se suele llevar a cabo no solo en el mar sino también en lagos helados. La luz suele ser muy buena debido a que el hielo sirve de filtro a la luz y éste también protege la superficie de vientos por lo que la nitidez del agua es extrema. El grupo de buceo debe estar compuesto por al menos cuatro o seis personas. De ellos dos submarinistas serán los compañeros y otros dos tenderán los cabos. Estos cabos sirven de seguridad al amarrar a los buceadores, teniendo en cuenta que no es aconsejable que se aten de dos en dos en un mismo cabo sino de forma individual. Este cabo también abrir un agujero bajo el hielo por donde entrar en el agua. Dichos cabos se tenderán con un nudo muy seguro denominado como as de guía.

Este cabo servirá para realizar las señales que sean necesarias y que el buceador aprende durante el proceso de entrenamiento. El equipo que se necesita para bucear bajo el hielo está compuesto por un juego de reguladores especiales que están diseñados para no congelarse con facilidad y este se debe sumergir antes de la inmersión para que se adapte mejor a la temperatura que habrá de soportar. Para garantizar el funcionamiento de uno si el otro se congela, es necesario que la fuente de aire primaria y el octopus estén montados sobre primeras etapas separadas. La botella también necesita de una grifería especial. El buceador debe ingerir alimentos de alto valor energético y calientes para reponer las calorías que se han quemado durante la inmersión en condiciones tan dura. También debe estar provisto de traje seco y ropa interior de abrigo bajo éste, guantes de neopreno de grosor adecuado y guantes secos impermeables, así como gorro.