En la Micronesia - con Palau, Yap y Chuuk como estandartes -, los buceadores más aventureros han de superar fuertes corrientes para tener una de las experiencias más excitantes que existen: acercarse a tiburones y grandes animales como nunca soñaron. La República de Palau la forman más de 300 islas rocosas en forma de champiñón y en su mayoría deshabitadas. Muchos expertos califican estos fondos marinos como los mejores del planeta para buceo en arrecife de coral, debido a la gran biodiversidad que alberga y a la variedad de tipos de inmersión. Blue Corner es, sin duda, la inmersión estrella de este lugar. Se trata de un esquinazo formado por dos arrecifes diferentes en el que se encuentran dos fuertes corrientes. Un lugar “acogedor” para gran cantidad de tiburones que han hecho de este lugar su casa. Asimismo, no se puede hablar de Palau sin nombrar el lago de las medusas, Jelly Fish Lake. Se trata de una laguna de agua salada donde habitan millones de medusas inofensivas. Bucear en medio de este mundo sorprendente es una de las mejores experiencias que un buceador puede tener.

Otra de las citas ineludibles de la Micronesia es la isla de Yap, mundialmente conocida por sus encuentros con las grandes mantas del Pacífi co. Muchos buceadores aprovechan el viaje a Palau para acercarse unos días a esta isla y disfrutar de las inmersiones con mantas y de un ambiente típico de las islas de Micronesia, donde el turismo se limita prácticamente sólo a los buceadores. Por último, no nos podemos ir de este remoto rincón del planeta sin visitar la legendaria Bahía de Truk, donde un museo-cementerio de enormes barcos de guerra japoneses hundidos durante la Segunda Guerra Mundial ofrece al buceador un viaje en el tiempo a una de las páginas más dramáticas de nuestra historia reciente.