Si cuando se llenan las botellas cerca de ellas existe una fuente de CO cerca, como un motor de combustión interna, se puede acumular este gas dentro de ellas envenenando el aire. El problema aparece porque este gas se adhiere a la hemoglobina 100 veces más que el oxígeno produciendo rojez e irritación en la piel, vértigo, náuseas, cefaleas e incluso pérdida de conocimiento. En estos casos debe abortarse la inmersión trasladando al buceador a un lugar ventilado y requiriendo intervención médica inmediata.