La botella
Es el depósito de aire comprimido que el buceador va a necesitar para poder respirar bajo el agua y lleva una válvula que transporta aire al regulador. Su tamaño oscila entre los 7, 10, 12 y 15 litros de capacidad y la presión máxima a la que pueden llenar puede llegar a ser de hasta 300 bares. Toda la información referente a la botella o tanque está registrada en el cuello de la misma incluida la fecha de fabricación y de su última revisión. Precisa de revisiones periódicas de al menos una vez al año y de pruebas hidrostáticas cada cierto tiempo. Existe, además normativas, que obliga a que las mismas sean revisadas cada cuatro años. Las botellas más usuales son las de 10 o 12 litros, pero para inmersiones a gran profundidad es posible que se precise de dos botellas o cilindros. Estas botellas se suelen llenar de aire comprimido, pero en ciertos tipos de buceo, como el técnico, se llenan de una mezcla de gases, como el Nitrox o el Trimix. Las botellas de inflado de traje están llenas de argón, que al tener más densidad que el aire, permite conservar el calor corporal durante más tiempo.
El material del que están hechas estos depósitos son de hacer- las de aluminio se están dejando de utilizar- con el exterior en zinc y pintado y el interior cubierto con un producto anti-corrosión. Las botellas van equipadas con un grifo o válvula que permite el acoplamiento del regulador de la primera etapa. Existen dos tipos de griferías; la fijación INT o la junta DIN y sirva para conectar o desconectar el suministro de aire. Antes de colocar el regulador es necesario comprobar que la válvula lleva una junta firme. Se esta no está o se encuentra dañada, la unión con el regulador es imposible. El grifo o válvula, consta de diferentes partes, entre las que se encuentra la llave de apertura y cierre, con forma de pomo y que se acciona girándolo, la salida del aire que establece la conexión con el regulador, si bien algunos grifos tienen dos salidas con el fin de acoplar dos reguladores. La rosca de aplicación a la botella lleva una junta tórica, como ya se ha indicado más arriba. Es recomendable supervisar el fecha y sello de la última recarga. Jamás se deben transportar las botellas a máxima presión y se deben llevar en posición horizontal evitando que se choquen entre ellas. Para evitar el calentamiento producido por la compresión del aire se recomienda sumergir la botella en un recipiente de agua fría mientras se realiza la recarga.