Las lecturas que se venían realizando con el reloj y el batímetro y cuya función principal es la de controlar la profundidad y el tiempo de inmersión para evitar la enfermedad descompresiva, se puede realizar también con un ordenador de buceo. Estos ordenadores calculan un plan seguro de inmersión. Uno de los métodos que emplean es el del nivel de nitrógeno absorbido por el cuerpo bajo el agua y proporcionan, así mismo, información sobre el ritmo de ascenso, incluidas las paradas que se deban hacer para evitar la descompresión. Otros modelos proporcionan datos sobre la temperatura del agua y el consumo de aire, tanto del aire normal como de la mezcla de gases. Uno de los problemas de exactitud que corrigen los ordenadores sobre las tablas de buceo es que estas, en la mayoría de los casos, presuponen que la inmersión se hace a la máxima profundidad.

El ordenador puede hacer cálculos más precisos y complejos e incluso puede controlar el ritmo de ascenso con precisión. Uno de los problemas que quizá puede plantear el ordenador es que, si la pantalla ofrece demasiados datos, la lectura puede resultar poco clara, dependiendo también del tamaño de la pantalla y de los caracteres recogidos en ella. Es preferible la sencillez y un tamaño aceptable para reconocer los datos más fácilmente. El otro límite es que no puede evitar la DCS, ya que estos aparatos no pueden reconocer las necesidades del cuerpo, pese a que suelen incluir límites de seguridad. Las tablas siempre deben ser consultadas y no se debe olvidar controlar los niveles de batería de los ordenadores. Entre los tipos de ordenadores de buceo más corrientes están el nivel más básico, similar a un reloj que informa sobre la profundidad, el tiempo de inmersión, el ritmo de ascenso y planes de inmersión segura. Otros ordenadores se incorporan a la consola de instrumentos que está unida a la cámara de alta presión por el regulador mostrando el suministro de aire restante. El multi-gas puede calcular planes de inmersión para varias mezclas de gas diferente.