Si realmente existe algún sobrenombre por el que podríamos bautizar las aguas del Océano Índico que bañan las costas africanas es, sin duda, el Mar de la Abundancia. Desde las frías y duras aguas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, hasta las idílicas playas de Seychelles, Mauricio y Zanzibar, se produce un fenómeno de intercambio de corrientes que convierten a esta región en una de las más ricas, más diversas biológicamente y de mayor complejidad oceanográfi ca del planeta. Dentro de este edén de vidas, Mozambique, con sus arrecifes coralinos y su exuberante fauna marina, es un lugar paradisíaco para bucear, es la verdadera Joya oculta de África, que no está exento de un cierto grado de emoción y aventura. Además del ya mítico archipiélago de Bazaruto, existen numerosas zonas de buceo en estas costas, como Tofo Beach, uno de los mejores lugares para bucear con tiburones ballenas y mantas rayas y para observar a las espectaculares ballenas jorobadas en su migración hacia el sur. Los tesoros que aún guarda Mozambique bajo sus aguas son aún un misterio. Por su parte, Zanzibar es otra de las grandes sorpresas de África.

El archipiélago constituye una parte autónoma de Tanzania y está compuesto por las islas de Pemba y por la de Zanzíbar, denominada también Unguja. Alberga numerosas inmersiones variadas como las del atolón de Mnemba, Leven Bank o Big Wall, que son refugio de innumerables especies de coral, Tortugas, rayas, tiburones de arrecife, grandes napoleones, barracudas, y los increíbles tiburones ballena. Por último, Mauricio y las Islas Seychelles son también conocidas por sus exclusivos fondos marinos donde la enorme abundancia de peces tropicales recuerda a un gran acuario, con aguas transparentes, cálidas y tranquilas.