Tanto Australia, como las infinitas islas de la Polinesia o la Micronesia se han convertido en mecas del buceo mundial. Por un lado, la Gran Barrera de Arrecifes de Australia, que se extiende a lo largo de 2.300 kilómetros y constituye la mayor estructura jamás construida por seres vivos. Es un fascinante complejo de corales Patrimonio de la Humanidad que alberga bajo aguas transparentes un mundo inimaginable de formas y colores. Por otro lado, Tahití y sus paradisíacas islas, con atractivos atolones coralinos que apenas se elevan un par de metros sobre el nivel del mar y donde las mantas, tiburones y tortugas son los protagonistas.

Por último, en la Micronesia (con las islas de Palau, Yap y Chuk) los buceadores más aventureros han de superar fuertes corrientes para tener una de las experiencias más excitantes que existen: bucear junto a tiburones y grandes animales como siempre soñaron. y no podíamos olvidarnos de la legendaria Bahía de Truk, donde un museo cementerio de enormes barcos de guerra japoneses, hundidos durante la Segunda Guerra Mundial, ofrece a cualquier buceador un viaje en el tiempo a una de las páginas más dramáticas de nuestra historia reciente.