El Descenso
El modo de descenso va a depender del lugar y las condiciones en que este se produzca. Una vez que se ha entrado en el agua es preciso ponerse en contacto con el compañero, alejándose de cualquier bote. El tubo de snorkel irá fuera y se intercambiarán los reguladores y se respirará. Si uno de los buzos es novato, será aconsejable que vaya atado al más veterano por una cuerda. Una señal de acuerdo indicará el descenso conjunto. Juntos se desinflarán el chaleco y se espirará para perder flotación y comenzar a hundirse. Si existe alguna dificultad para hundirse ahora es el momento de indicarlo. Los problemas pequeños hay que solucionarlos ahora evitando de esta manera males mayores. La presión en los oídos comenzará a sentirse cuando se inicie el descenso, ya indicamos más arriba como aliviar esta sensación mediante la compensación o limpieza de oídos: tragando saliva o soplando por los orificios nasales.
Si las gafas empiezan a apretar la cara se solucionará espirando a través de la naríz. De las formas que hay de descenso depende mucho la preferencia del buceador. Unos prefieren hacerlo con los pues por delante para estar de cara a su compañero. Es útil pero no la mejor forma si se debe descender rápidamente a través de corriente y sea necesario hacer uso de las aletas. Si se lleva una SMB antes de descender es necesario comprobar que está totalmente inflada y de que el cabo no ha sufrido enganche alguno. El compañero debe permanecer durante todo el descenso en el mismo lado para evitar confusiones y enredos del cable. Si la inmersión se realiza en grupo, es normal que se coloque un cabo de peso unido a una boya que indica un lugar concreto en el fondo y que será el punto de referencia. Una vez reunidos la señal “de acuerdo” se realizará por última vez para comenzar la exploración del fondo marino.