El buceo amateur tiene su comienzo después de haber recibido la instrucción teórica y práctica adecuada para ello. A partir de este momento la dedicación y la pasión que se sienta por este deporte puede determinar la profesionalidad del practicante. En ocasiones, el submarinista suele tomar clases más específicas y especializadas pero olvida un punto importante, la práctica y solo el tiempo puede proporcionarla. No hay que olvidar que estamos ante un deporte en el que la seguridad es principal y ésta solo se consigue mediante la práctica y la experiencia. El buceo de cavernas, arrecifes, pecios, bajo el hielo, nocturno, de carácter ecológico, arqueológico y el buceo en apnea constituyen las diversas modalidades (pueden aparecer otras) que se pueden dar en el buceo recreativo. No debemos olvidar que cada una de ellas puede necesitar de un equipo determinado y del empleo de determinadas habilidades, por lo que, insistimos una vez más, en la importancia de la formación, la instrucción y la planificación de una inmersión. Si se quiere profesionalizar el buceo es necesario tener en cuenta que no se trata de una profesión fácil y las ofertas son menores que los candidatos a ellas. Una de las salidas más comunes es la de convertirse en máster o instructor de buceo y poder trabajar, dada la internacionalidad de esta especialidad, en casi cualquier parte del mundo.

El problema fundamental viene dado por las exigencias que se requieren para cubrir esa plaza ya que hay que tener en cuenta que se trabaja con personas del todo inexpertas y que la seguridad es primordial. Más interesante, pero complicado y costos, puede ser el de instructor de buceo en una agencia comercial. Estas agencias cubren desde el mundo científico, al fotográfico o industrial. El riesgo que se corre en esta última especialidad va parejo a la gran formación que se requiere para ello. Son, por ejemplo, los buceadores que trabajan en las plataformas petrolíferas y los amplios conocimientos de buceo deben ir de la mano de los no menos amplios conocimientos de ingeniería. El ejército y la policía son otros cuerpos en los que se requieren buzos expertos y, como en el caso anterior, no solo en inmersión por lo que superar las pruebas de acceso a estos puestos suele ser difícil.