En El Fondo Marino

La planificación previa, algo que veremos más adelante, es fundamental para un buen buceo y para evitar contingencias que den al traste con una jornada de disfrute. En esa planificación también está incluido el conocimiento o aproximación del fondo que se va a recorrer, pero no siempre es fácil prever la realidad. La variación de luz en base a la climatología, la visibilidad, si existen sedimentos debido a corrientes marinas, etc. Por todo ello el uso del instrumental que ya analizamos más arriba es fundamental. El conocimiento y la buena utilización del material que nos acompaña nos ayudarán a sentirnos más seguros y a no depender en exceso del compañero. Realizar un plano mental de todo lo que vamos viendo, tras la inmersión, es fundamental. Debemos recordar que dirección vamos tomando en relación con las cosas que vemos, es la naturaleza que observamos y que no puede dar pistas y cómo es la geología del fondo que estamos recorriendo. Tomar nota de todo lo que vayamos viendo es fundamental. Para tener una información más precisa de dónde nos encontramos contamos con la brújula. Este instrumento es fácil de usar de manera incorrecta por lo que debemos emplear otros puntos de referencia, si ello es posible, para la comprobación de nuestra dirección y practicar su uso, que no es complicado en exceso. La brújula tiene una aguja central, conocida como línea de lubber que debe colocar en la dirección a la que queremos ir (en relación al norte magnético) y giramos el bisel para que nuestro norte coincida con la dirección que señala la aguja. Si nos movemos en la dirección indicada por la línea de lubber mientras la aguja señala al norte, podremos mantener la dirección.

 

Dado que podemos errar en su uso si no colocamos bien el brazo, es más fácil el uso de la brújula cuando esta se presenta en una consola a en un acollador plegable, puesto que lo podemos colocar justo delante. El sol nos puede ayudar si las condiciones nos lo permiten, como por ejemplo que no estemos a gran profundidad y que existan rocas en las que, si la visibilidad es buena, podamos apreciar la sombra que se produce en zona de umbría. Otros puntos de referencia son las algas o el placton, que se mecen y se dejan arrastrar por la corriente, el movimiento de banco de peces. Todo ello nos indica una dirección. También las burbujas de aire espirado nos indican la dirección de superficie (a menos que estemos situados en corriente descendente). Las marcas de la arena son paralelas a la orilla y se muestran más unidas cuanto más cerca están de ésta por tanto pueden ser un buen referente para indicar que nos dirigimos hacia la orilla o hacia aguas poco profundas. Otra forma muy fácil de orientación es movernos, si tenemos un punto de referencia como un pecio o un arrecife, pegados a él con un lado del cuerpo para volver con el otro lado del mismo pegado al dicho punto de referencia. Es importante, como ya apuntábamos, anotar en la pizarra las lecturas e intentar incorporarlas al mapa mental del punto de buceo. En el repunto de marea, si controlamos el tiempo que se tarda de un punto a otro, podremos hacer un cálculo de la posición que tenemos si regresamos siguiendo el mismo rumbo de la brújula. Combinando estas informaciones con las lecturas de profundad que hemos ido tomando, podremos navegar con bastante precisión. Si la visibilidad es escasa, será necesaria la colocación de cabos que nos faciliten la vuelta a determinados puntos. También es interesante para explorar un área determinada.



Más Artículos

Recibe nuestro boletin con las mejores ofertas!

Estamos buscando las mejores ofertas