Las embolias
Debido a la expansión o desvíos del gas respirado durante la inmersión se pueden dar tres tipos de ETG o embolias traumáticas de gas. Cuando el gas escapado de los alvéolos pulmonares se sitúa entre la pleura y el pulmón debido a un exceso de presión, se produce el neumotórax. Aparece un dolor agudo en el pecho que se hace mayor cuando se respirar profundamente, la piel palidece y se produce el colapso de pulmón. Dentro de este accidente suele haber grados y el caso más leve se soluciona suministrándole al paciente oxígeno al 100%. En los casos de más importancia es necesario sacar el gas a través de un tubo por lo que es necesario el traslado urgente del buceador a un centro médico. Se recomienda un reposo mínimo hasta la próxima inmersión de al menos 6 meses. En la zona del cuello y hombros, es decir en la zona que va desde el mediastino a la región subcutáneo, se puede acumular gas formando burbujas de aire bajo la piel.
Es un tipo de enfisema subcutáneo de carácter leve en el que el buceador notará una leve hinchazón en el cuello, cambio del tono de la voz y la piel algo crujiente al tacto. Si la expansión del gas entra en los tejidos que rodean al corazón, grandes vasos y alvéolos pulmonares, estamos ante un enfisema mediastínico, apareciendo dolor bajo el esternón, ocasionalmente alteración de la voz y dolor en hombro, espalda y cuello. En este caso se aconseja el suministro de oxígeno al 100% y el traslado del paciente a una cámara de recompresión.