Los primeros datos de un asentamiento humano en la zona provienen de la Edad de Bronce y la época ibérica. Aunque los hallazgos más representativos de un núcleo de población importante datan del período romano. Se cree que Alameda pudo ser la Astigis Vetus citada por el historiador romano Plinio. Una de las muestras del paso de Roma por este territorio son las Termas Romanas halladas en la calle de Enmedio, declaradas Monumento Nacional. Tras el período romano se abre una época poco conocida de la historia de Alameda: el asentamiento del pueblo visigodo en estas tierras. Gracias al descubrimiento de un pequeño tesoro perteneciente al siglo VI, se tiene conocimiento de este dato histórico. La localidad malagueña perteneció durante años al Marquesado de Estepa y estuvo enmarcada en la provincia de Sevilla hasta el año 1833. Eclesiásticamente dependió del Arzobispado de Sevilla hasta 1959. Alameda toma su nombre del arroyo de los Álamos, un cruce de caminos entre las provincias de Málaga, Sevilla y Granada. Al estar situada a medio camino entre estas ciudades, Alameda se convirtió en un lugar de paso y hospedaje para los viajeros y diligencias que se dirigían a estos lugares. Uno de los acontecimientos históricos más recordados en Alameda es la muerte del famoso bandolero José Hinojosa Corbacho, ?El Tempranillo?, acontecida en el año 1833 en las inmediaciones de la población. Sus restos descansan en la Iglesia Parroquial. Años más tarde, en 1848, se constituye el Ayuntamiento en la Plaza de España. Hasta hace pocos años la economía de Alameda se basaba únicamente en la explotación agrícola y en concreto en el cultivo del olivo y del cereal, sin embargo, en los últimos años han surgido una gran cantidad de empresas relacionadas con la madera, que han favorecido el crecimiento social y económico de la localidad. Varios pueblos de la zona han organizado una ruta por estas tierras, denominada ?La ruta del Tempranillo?, que parte de Alameda hacia Corcoya, Baldolatosa,