Según la mitología, Asclepio era hijo de Apolo y Corónide. Cuando nació, un rayo mató a la madre y Apolo llevó a su hijo al monte Pelión para que un centauro (Quirón) le enseñara técnicas terapéuticas. En Epidauro se adoraba antiguamente a Apolo, pero pronto se empezó a adorar a su hijo Asclepio, natural de la ciudad. Los enfermos le rendían culto en toda Grecia, pero Epidauro era uno de los centros de culto más importante. De hecho, cuando una peste asoló Roma, Livio y Ovidio acudieron aquí para obtener ayuda. A Asclepio (Esculapio para los romanos) se le representa con una serpiente, que al cambiar de piel simboliza el rejuvenecimiento.