Fue una ciudad con gran poder en el valle del Cidacos durante el tiempo de la romanización. En Arnedo confluyen las calzadas romanas que unen Calahorra con Varea y Numancia. Durante el dominio árabe fue un enclave estratégico. El título de ciudad le fue concedido por Felipe IV en 1.653, y hoy se la considera la tercera ciudad en importancia de la comunidad riojana y capital de la industria del calzado.