Pintura Flamenca
Lo más representativo del arte del país son los famosos pintores flamencos. Fue en el siglo XV cuando quedó constituida la Escuela Flamenca con sus características de realismo minucioso, cromatismo vivo y refinado estilo. Hasta entonces habían prevalecido las corrientes francesas, ya que el territorio dependía de Francia. El Conde de Borgoña, Felipe El Bueno, se preocupó de las cuestiones estéticas cuando trasladó su corte a Brujas y admiró el trabajo que muchos pintores hicieron en las capitales colindantes.
Los pintores, entonces, eran artesanos que compartían con otros oficios la misma preocupación por el trabajo bien hecho. Por eso en la pintura flamenca el acabado y la ejecución de la obra cuentan más que el tema. El pintor, como artesano que era, no solía elegir el tema, sino que se lo imponía el cliente, incluso éste le decía los colores que debía utilizar, como si se dirigiera al sastre o al carpintero. Las normas gremiales decidían, eso sí, la técnica que debía aplicarse. A pesar del anonimato de los mayores artistas de aquella época, sus maneras rompieron con las tradiciones del arte medieval, abriendo con su técnica la vía al Renacimiento.
Durante el dominio de la casa de Borgoña, Brujas se convirtió en un fastuoso foco artístico. A lo largo del siglo XV, se instalaron en la ciudad numerosos artistas extranjeros.
Jan Van Eyck
Entre los más sobresalientes pintores que desarrollaron su obra en Brujas destacan los hermanos Van Eyck, Huberto y Jan. Este último influyó de sobremanera en las escuelas española y portuguesa. Jan Van Eyck se estableció en Brujas hacia el año 1430 y allí desarrolló la mayor parte de su trabajo. Fue uno de los iniciadores de la pintura flamenca del llamado Cuatrocientos. Era muy polifacético, estudió ciencias ocultas, filosofías orientales, alquimia y la cábala.
Muchas obras las realizaron ambos hermanos en colaboración. Destacaron sobre todo en la pintura al óleo, a la que incorporaron nuevas técnicas. Asimismo son conocidos por sus innovaciones en lo que se refiere al área y perspectiva lineal. “La Adoración del Cordero Místico”, finalizada en el año 1432 y que puede verse en la Catedral de San Bavón en Gante, es sólo obra de Jan Van Eyck.
En el siglo XV florece la llamada Escuela de Lovaina y uno de sus máximos exponentes será Dierick Bouts (Haarlem-1420-Lovaina-1475). Su mayor aportación al mundo de la pintura lo constituye su técnica, sobre todo, en lo referente al color y al detalle.
Hugo Van der Goes
En cuanto al Realismo, sin lugar a dudas, su padre es el pintor Hugo Van der Goes. Aunque su patria natal fuera Holanda, lo mismo que Bouts, realizó su trabajo más importante en Gante. Este artista realista destacó, sobre todo, por el movimiento y expresividad de sus figuras. Llegó a Brujas en el año 1467, con ocasión del matrimonio de Carlos el Temerario y Margarita de York. Van der Goes, quien murió en 1482, influiría en autores como Bosco y Brueghel. Su patética “Muerte de la Virgen” se encuentra en el Museo Comunal de Brujas. Su obra más famosa es el tríptico que en el año 1476 terminó para Tommaso Potinari, ciudadano florentino establecido en Brujas y representante de la banca de los Médicis. El cuadro, conocido también como “Tríptico Portinari”, fue llevado a Florencia en el año 1483 y hoy se encuentra en los Uffzi.
Hasta el siglo XVI las pinturas flamenca y holandesa eran una misma cosa, pero a mitad de siglo se producirá una separación. La ciudad de Amberes se deja influir por las corrientes italianas y va a sustituir a Brujas como sede de los grandes artistas. En este periodo destaca el pintor Gillis van Coninxloo, nacido en Amberes en 1544, donde generó su trabajo. Su obra influiría después en las escuelas alemanas. Se le considera un alto especialista del paisaje. Otro de los pintores que destacó en aquel periodo en Amberes fue Pieter Coeke.
Pieter Brueghel
En el siglo XVI, donde domina el estilo gótico, destaca Pieter Brueghel. De este siglo quedan numerosas muestras religiosas y civiles. Cabe mencionar importantes ayuntamientos y casas típicas de la burguesía de la época. Pieter Brueghel el Viejo, como se le llamó, nació hacia 1525 y pronto destacó por las escenas grotescas que salían de sus cuadros de escenas cotidianas. Son varios los miembros de su familia que se dedicaron a la pintura. Murió en el año 1569 en Bruselas.
Jan Brueghel, hijo del anterior, nació en el año 1568 en Bruselas y murió de cólera en Amberes en 1625. Viajó por numerosas ciudades italianas y tuvo como tutores a los cardenales Ascanio Colonna y Federico Borromeo. Cuando se trasladó de nuevo a Bruselas fue pintor de la Corte, tal y como hiciera Rubens. Los temas preferidos por Jan Brueghel fueron los paisajes y los temas florales, plasmados con un trazo delicado. Fue requerido por muchos pintores para realizar los fondos de sus obras. Entre sus más célebres trabajos destaca el “Banquete de Bodas”, de gran colorido y detalle. El Museo de Bellas Artes de Viena recoge una buena parte de su extenso trabajo pictórico.
Pieter Brueghel el Joven, también hijo de Brueghel el Viejo, nació en Amberes en el año 1569 y murió en la misma ciudad en el año 1638. Recibió el apodo del “Infernal” por su tendencia a plasmar escenas demoníacas. Su obra principal es “La Torre de Babel”.
Rubens
Durante el Barroco sigue siendo Amberes quien marca la pauta. Uno de los mayores pintores de la historia y de este periodo es Peter Paul Rubens. Nació en Siegen en 1577 y murió en Amberes en 1640, ciudad en la que trabajó y vivió durante casi toda su vida. En los comienzos de su carrera se vio influido por las corrientes italianas y permaneció en Florencia, Mantua y Venecia por algún tiempo. Tuvo oportunidad de conocer a Velázquez en España y después vivió en Francia durante 12 años. Finalmente decidió fijar su residencia en Amberes, donde murió.
Lo más destacado de este pintor barroco es la fuerza que impone a sus figuras y la renovación que imprimió al arte de la pintura. Muchas de sus técnicas prevalecen aún en nuestros días. Rubens tenía cualidades innatas a las que incorporó los logros de sus maestros antecesores. Realizó numerosas obras y de variada temática: religiosas, paisajísticas, retratos, escenas de caza, alegóricas, mitológicas. Todas ellas destacan por su asombrosa técnica y colorido.
Sus obras se hallan repartidas por todo el mundo. La Catedral de Amberes guarda la obra “El Descendimiento de la Cruz”; en el Museo del Louvre está “La Coronación de María de Médicis”; la Galería Nacional de Londres alberga “El Sombrero de Paja”, y en el Museo del Prado se pueden admirar “Las Tres Gracias”, “El Nacimiento de la Vía Láctea”, “Tomás Moro”, “El Juicio de París”, “San Jorge y el Dragón”, entre otras.
Van Dijck
Van Dijck fue uno de los discípulos más sobresalientes de Rubens. Nació el 22 de marzo de 1599 en Amberes y destacó, sobre todo, en el retrato, técnica que mejoró notablemente. Van Dijck nació en “Berendans” (la danza del oso), un edificio situado en la Grote Markt, siendo el séptimo hijo de una familia de ricos comerciantes y también gente muy devota. Tres de sus hermanas fueron “beatas” y su hermano Theodoro fue párroco. Van Dijck comenzó a estrenarse como artista bajo la tutela de Hendrik van Balen en el año 1609 y pronto demostraría gran talento. Más tarde se convertiría en el maestro indiscutible del Guild de St Luke, donde había comenzado como aprendiz. Fue discípulo de Peter Paul Rubens, de quien pintaría un retrato entre los años 1613 y 1615. En 1620 comienza a trabajar en la Corte Inglesa, aunque sería por poco tiempo. Después viajaría a Italia donde entró en contacto con otras importantes figuras de la pintura y donde gozaría también de gran reputación. Se especializó en la creación de retratos y piezas para altares de iglesias y monasterios. Fue pintor de corte de La Haya y de Carlos I de Inglaterra. Su obra es extensa y pródiga en éxitos.
Jordaens
Otro de los discípulos de Rubens sería Jacobo Jordaens, nacido también en Amberes en el año 1593. Además de Rubens, influirían en él otros maestros como Caravaggio. Supo retratar con maestría las costumbres y el carácter de los flamencos de su época. Jordaens prefirió también los temas mitológicos, las escenas familiares y el retrato. Le gustaba mucho plasmar las naturalezas muertas y escenas religiosas, aunque fuera protestante. Jordaens murió en Amberes en 1678.
Otros Pintores flamencos
La vertiente costumbrista de Jordaens influyó en pintores como David Teniers el Joven, cuya obra más célebre es “El Triunfo de Federico Enrique de Nassau”. Otras obras destacadas son la “Crucifixión” y la obra de carácter mitológico “La Niñez de Baco”. Fue el continuador del género que iniciara Brueghel con sus escenas cotidianas de tintes grotescos.
Hans Memling, de origen alemán, nació alrededor del año 1440 y adquirió el derecho de ciudadanía en Brujas en 1465. En esta ciudad hay un museo que lleva su nombre en el edificio que fuera antiguamente el Hospital de San Juan. Entre su obra destacan “El matrimonio místico de Santa Catalina”, “La Adoración de los Magos”, “La Virgen con el Niño” y “El Relicario de Santa Úrsula”. Estas son pinturas consideradas como obras maestras de la escuela flamenca. Murió en el año 1494.
Gerard David nació alrededor del año 1460, era natural de la provincia de Utrecht, pero se asentó en Brujas en 1483. Entre sus obras más importantes hay que señalar el díptico “El Juicio de Cambises” y el gran tríptico “El Bautismo de Cristo”, en el que el paisaje unifica los tres paneles. Ambas obras están guardadas actualmente en el Museo Comunal de Brujas. El pintor murió en el año 1523.
En el periodo barroco se inspiraron construcciones como la Plaza Mayor de Bruselas. Este estilo también se dio en la escultura y se prolongó hasta el siglo XVIII. Otro representantes de este periodo es Van der Weyden.
En el siglo XX tuvo lugar otro movimiento expresivo, el Surrealismo, cuyo máximo exponente fue René Magritte. Nació en Lessines en 1898, pero vivió en Bruselas la mayor parte de su vida, donde murió en el año 1967. Comenzó sobresaliendo entre las corrientes vanguardistas que dominaban en los años 20. Se inició en el Cubismo y el Futurismo, pero más tarde cambiaría las formas geométricas por los trazos más realistas y deteniéndose, sobre todo, en el detalle. Es imaginativo y poético a la hora de elaborar sus figuras.
Tapices
Flandes también es famosa por sus producciones de tapices. Entre los siglos XIII y XVII se hicieron excelentes obras en Oudenaarde y Bruselas, con cartones de Rafael y Rubens. Los más populares tapices de Oudenaarde son los llamados “verdures”, que se caracterizan por el color verde natural que resalta de sobremanera. Los tapices confeccionados en Oudenaarde están guardados en colecciones privadas y en museos de todo el mundo. Además de los “verdures”, también son famosos los tapices “narrativos”, que reproducen escenas de la Biblia, mitos, tradiciones y leyendas. Existe incluso una serie de tapices basada en el Don Quijote de Cervantes. Entre las obras más importantes destacan “Alejandro y el sumo sacerdote Laddo” de la serie “La Historia de Alejandro” y la ya referida serie “La Historia de Don Quijote”.
Arquitectura
Sin duda uno de los ejemplos arquitectónicos más llamativos de Bélgica son sus Beaterios (Begijnhof), espacios en los que se agrupan pequeñas casas que daban cobijos a las “beatas” (o beguinas), la mayoría mujeres viudas que dedicaban su vida a la contemplación. Recientemente se han restaurado y algunos de ellos han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En el siglo XX hay que destacar en la arquitectura el Art Nouveau, liderado sobre todo por Henri van de Velde y Victor Horta.
Literatura y Cómics
En la literatura destaca, especialmente, Hugo Claus. Sin embargo, es necesario hacer un énfasis en los escritores de “cómics”, entre ellos el creador de Tintín, Hergé. Por algo el cómic es conocido en Bélgica como el noveno arte. Los cómics tienen sus inicios en los años 20 y fue cuando el dibujante de los tebeos de los Boy-Scout belgas Georges Remi tuvo la idea de contar la historia en imágenes. El protagonista era Totor, jefe de la patrulla de los Hannetons. Por aquel tiempo el joven Hergé entró a trabajar en el diario Siglo XX, de orientación conservadora, donde se ocupó de la sección juvenil. Así nació Tintín y Milú, reporteros del “Petit Siglo XX”. Su primera aventura, “Au pays des Soviets”, tenía un tono claramente anticomunista. La historia produjo numerosas ventas. Hergé creó entonces a Quick y Flupke, además de realizar diferentes historietas de Tintín como “Tintín se va al Congo, a América, a Egipto”, etc. Poco a poco, Hergé fue madurando su conocimiento del mundo y decidió tomarse el trabajo de informar a los niños, contándoles las cosas de manera más rigurosa.
Pero el mundo de los cómics belgas no se reduce únicamente a las aventuras del reportero Tintín y su perro Milú. Pronto apareció una producción muy diversa. Así nació la Escuela de Bruselas y la Escuela de Marcinelle.
Durante la década de los años sesenta y setenta el cómic no sólo se centró en los niños, sino también en los adultos. Entre los talentos más populares se encuentra André Franquin, Edgar Jacobs, Morris, Maurice Tilleux, Jijé, Willy Vandersteen, Jaques Martin, Peyo, Roba, Walthéry, entre otros muchos.
El Museo de Cómics y Dibujos Animados de Bruselas, cuyo nombre oficial es “Centre Belge de la Bande Dessinée”, es único en el mundo. Guarda numerosas colecciones de álbumes, revistas y libros dedicados a lo que ya puede llamarse arte.
Moda
La ciudad de Amberes goza de gran fama debido a una extensa galería de diseñadores de renombre internacional afincados en esta ciudad. El eje principal de esa materia se encuentra en la sección de moda de la Academia Real de Bellas Artes. Entre los principales diseñadores destacan: Dirk Bikkembergs, Ann Demeulemeester, Walter Van Beirendonck, Dries van Noten, Dirk Van Saene y Marina Yee. Se agrupan bajo el nombre de los Antwerp Six, desde su debut en la feria internacional de la moda del British Designer Show de Londres. Tienen incluso sucesores como Raf Simons, Anna Heylen, Sarah Corynen, Stephan Schneider, Kristof de Muynk y Veronique Branquinho. Todos ellos han elegido Amberes como la sede de la moda belga. El desfile anual de moda se ha transformado en una fiesta a la que acuden unos 6.000 espectadores de todo el mundo. Se celebra en la Bolsa, que se sitúa en la calle Twaalfmaandenstraat.
Encajes
Hacia el siglo XV Brujas cultivó el arte del encaje como nadie. Su producción de encaje de bolillos fue unida a su declive como antigua potencia comercial. En el siglo XVIII, la mitad de sus apenas 30.000 habitantes vivía en la pobreza, mientras la aristocracia y descendientes de la burguesía más pudiente se refinaba y adornaba sus puños y cuellos con encajes. Esta moda causó furor en toda Europa, así que las ciudades de Flandes se dedicaron con esmero a tejer encajes. Cada una se especializó en un punto diferente. El de Brujas era el punto del hada, el más delicado. Es una verdadera lastima que hoy muy pocos sean capaces de realizarlo, además de que es muy difícil encontrar materiales tan finos. Tampoco este arte de tan delicada manufactura y elementos podría competir con el mercado oriental, que acapara el comercio mundial de los encajes. En realidad fueron los comerciantes flamencos los que introdujeron sus secretos de fabricación en el periodo de entreguerras a las misiones asiáticas. Allí los misioneros empujaron a los obreros orientales a su manufactura, una mano de obra extremadamente barata. Esta producción hizo cerrar numerosos talleres en Flandes.
Actualmente el Centro del Encaje de Brujas (Kantcentrum) mantiene esta tradición y posee una escuela para iniciar a los artesanos que lo deseen. El centro está abierto al público. En la Escuela de Encaje de la calle Balstraat, en Brujas, aún se teje el encaje con los bolillos que hicieron famosa a Brujas.