Como es de esperar de una ciudad rodeada de agua dulce y abrazada por la selva (a veces lejana), su gastronomía está centrada en los pescados de agua dulce, en las deliciosas y variados frutas y en la gran cantidad de especias, raíces, plantas, etc. que es capaz de ofrecer una naturaleza desmedida.
Para comenzar el día (y a todas horas), nada mejor que un delicioso zumo de frutas. La variedad está garantizada (Acai, Bacuri, Biriba, Cupuaçu, uxi, Mango, sapoti, Banana, etc.)
Uno de los platos más típicos de la cocina Parense es el "Pato no Tucupi", pato condimentado y asado al horno. Se sirve cortada y bañado de la salsa tucupi (preparada con hojas de jambu y tucupi, líquido amarillo que se obtiene de la mandioca). El jambu es una planta muy extendida en la zona. Masticar sus hojas provoca una agradable sensación de ardor, dejando los labios ligeramente adormecidos, debido la sustancia picante que contiene.
Otro de los platos tradicionales de la región es el Tacacá. Plato que tiene sus orígenes en la mezcla de tradiciones indígena, mestiza y negra. Se prepara a base de una mezcla de tapioca, tucupi, jambu y camarón seco. Suele comerse al caer la tarde, acompañado de salsa de pimienta.
El Maniçoba es otro de los platos de origen indígena que hay que probar y disfrutar. Se elabora a partir de las hojas de una especie de mandioca venenosa. Pero no hay que alarmarse, hay que cocerla durante 7 días para que pierda todo su veneno. Después habrá de hacerse la "feijoada": carne de cerdo, tocino, salsa, etc.
No puede abandonarse Belém si no se ha disfrutado de un buen plato de pescado como puede ser el "pirarucu no coco", dourada o filhote (pescados grandes del Amazonas), sin olvidar la pescada amarela.
En cuanto a lugares para comer, encontrará un buen número a lo largo de la ciudad, así como numerosos sitios, puestos y establecimientos en los que disfrutar de un delicioso zumo de frutas o de un refrescante helado.