Desgraciadamente en Belice no existen importantes construcciones coloniales o edificaciones de gran interés de aquella época. Durante la colonia las construcciones se hacían principalmente de madera, sin contar que la población era reducida, ya que los territorios no representaban interés alguno para los españoles.
Arquitectura Maya
En un escaso espacio geográfico, Belice conserva una amplia e importante variedad de yacimientos arqueológicos que merecen ser visitados. Dentro de su espacio geográfico se han identificado unos 600 emplazamientos mayas, aunque sólo unos pocos han sido explorados en profundidad. Destacan los de Lubaantun y Nim Li Punt, en el sur, Caracol, el Pilar, Cahal Pech y Xunantunich en el centro y La Milpa, Lamai, Cerros y Santa Rita en el norte, son vestigios que merece la pena visitar.
La cultura maya de Belice abarca todo el periodo de la gran Civilización Maya, cuya cronología comienza en el Periodo Preclásico, alcanza su plenitud en el Periodo Clásico, declina y desaparece en el Periodo Posclásico. La gran diversidad en las construcciones, hacen de Belice uno de los lugares perfectos para el estudio de esta fantástica civilización.
A lo largo de 1500 años la arquitectura maya sufrió evoluciones en sus estilos. Los más representativos son los comprendidos en el Período Preclásico Tardío, entre los años 300 a.C. al 250 d.C. como los que se pueden ver en las ruinas de Uaxactún, propios de la cultura chicanel (Guatemala). En el Clásico Temprano prevalecieron los de la llamada Cultura de la Esperanza, donde el rey era enterrado bajo la escalinata principal del templo. En el Clásico Tardío los templos incorporan una crestería construida en la cima, reemplazando a la construcción típica de madera. Las edificaciones se sucedían y por lo general se unían a otras, dando lugar a la formación de palacios. Es en este momento cuando aparecen los patios de juego para la pelota y las estelas, grandes monolíticos de piedra que servían de altares. El mejor ejemplo de este estilo es la ciudad clásica maya de Tikal. Aquí se pueden observar las pirámides más altas coronadas por delicadas bóvedas.
En el Período Posclásico Tardío, durante la presencia de los Toltecas, hacen su aparición los itzaes con capital en Mayapán y que destacaron por la utilización de murallas. En Guatemala los ejemplos mejor conservados de este estilo se encuentran en Utatlán, antigua capital maya quiché y en Iximché, cerca de Tecpán.
Lo que más sorprende de la arquitectura llevada a cabo por los mayas, es que la mayoría de sus construcciones fueron realizadas sin la utilización del arco sostenido sobre piedra. Por otra parte, no se conoce que hayan utilizado algún tipo de herramientas, artilugios mecánicos o, siquiera, animales de tiro para transportar los grandes bloques de piedra. Todas sus construcciones fueron llevadas a cabo con el mismo tesón y esfuerzo que caracteriza a las grandes civilizaciones. La precisión urbanística y la obediencia a leyes de carácter sagrado y cosmológico, hacen aún más admirable su arquitectura.
Los mayas, excelentes cosmógrafos, diseñaban y construían de acuerdo a un sofisticado plano celeste, que permitía la observación astronómica desde cualquiera de sus construcciones. Cada puerta, cada ventana coincidía con la órbita de alguna estrella, permitiendo su observación y su estudio.
La falta de un conjunto adecuado de carreteras, dificulta en Belice la visita de los centros arqueológicos hasta ahora descubiertos. Sólo unos pocos de ellos están abiertos al público y carecen de la infraestructura necesaria para recibir a los visitantes, pero estas dificultades no nos deben hacer desistir del empeño de conocer estos fascinantes lugares. Una buena provisión de agua, así como la ropa y la protección adecuadas ayudarán a disfrutar de estos países en los que todavía vive el espíritu maya.