Bergama, la antigua Pérgamo, fue poblada desde tiempos prehistóricos. A partir del año 334 a.C. pasó a formar parte del imperio de Alejandro Magno. Cuando murió el emperador la ciudad pasó a ser gobernada por el general Lisímaco. Poco después, Filetairos la convirtió en un reino independiente. Y con las dinastías de Atalo y Eumene, este pequeño reino pasó a dominar toda la región occidental de Anatolia.
En el siglo II a.C. el Reino de Pérgamo pasó a formar parte del Imperio Romano, momento a partir del cual se convirtió en uno de los principales centros culturales, científicos y artísticos de occidente. Fue muy famosa la Biblioteca de Pérgamo, que llegó a tener más de 200.000 libros (rollos de pergamino). Cuando llegó el cristianismo la ciudad perdió su importancia, aunque no dejó de desarrollarse.