BIENVENIDO A BRETAGNE
BIENVENIDO A BRETAGNE
La zona de Bretaña está dividida en dos partes: la marítima y la boscosa, que va disminuyendo en intensidad a medida que se une al Valle del Loira. En la parte costera, en el Golfo de Saint Malo, un islote alberga los restos de Chateaubriand, mientras que la población de Saint Malo es una especie de "ciudad corsario" medieval, amurallada, con un castillo majestuoso aunque sobrio en su i ... La zona de Bretaña está dividida en dos partes: la marítima y la boscosa, que va disminuyendo en intensidad a medida que se une al Valle del Loira.En la parte costera, en el Golfo de Saint Malo, un islote alberga los restos de Chateaubriand, mientras que la población de Saint Malo es una especie de "ciudad corsario" medieval, amurallada, con un castillo majestuoso aunque sobrio en su interior.
Otra ciudad de la costa Bretona es Dinard, que contrasta en ese estático mundo medieval con sus amplias playas y sitios de ambiente lujoso y moderno. Los ingleses visitan esta parte de Francia con frecuencia posiblemente porque guarda raíces similares a las suyas. Dinard recupera el estilo del medievo, con sus calles empedradas y castillos.
Esta visión constante de sitios que se trasladan de lo antiguo a la modernidad imita en sus contrastes al paisaje natural que oscila entre la playa a los riscos, los colores cálidos y los fríos. En la Costa de Granito Rosa, los rocosos acantilados bretones son absolutamente rosados, producto del granito que los componen; con el profundo cielo azul gris de fondo, es posible pensar que se tratara de castillos construidos por la naturaleza o por cierta clase de gnomos.
Estas costas cuentan con infinidad de sitios que visitar, El León es uno de ellos. La memoria de sus pobladores y el rigor para conservarla intacta han hecho que en cada playa, en cada construcción, en cada risco, surjan innumerables historias de la gente que ha pasado por ahí y dejado entrever sus pasiones más profundas, sus hazañas, sus cultos. Esta zona de Francia retiene un fervor religioso perdido en otros sitios, por lo que se localizan diversos recintos parroquiales, compuestos generalmente de una iglesia, un osario y un calvario. En épocas tradicionalmente religiosas, "Las Pardons" especie de peregrinaciones, son un atractivo añadido a esta zona ya interesante por si sola.
La zona de Cornuaille es la más mágica de Bretaña. Las leyendas circulan como si el tiempo no hubiese transcurrido y nos encontráramos en la era atómica. Sus paisajes marinos son profundos y lejanos, invitación permanente a la ensoñación.
Finisterre es una parte del mundo donde el tiempo se ha detenido en movimiento diacrónico. Las costumbres tradicionales de los pescadores, las mujeres que conservan sus vestidos y cofias de antaño, el mercado de pescado de Concarneau o las inesperadas playas tropicales de Glénan.
En el litoral atlántico el color de las playas se transforma, se vuelve más cálido, más apto para el clásico veraneo. Los deportes marinos como la navegación en vela son practicados aquí con regularidad, ya que es la mejor zona del país para hacerlo.
Morbihan es otra pequeña península bretona que cuenta con un extraño atractivo. Inexplicablemente hay un levantamiento de más de 5.000 piedras en Carnac que nadie ha sabido explicar hasta hoy. En el Golfo de Morbihan, el agua es más verde, más invitadora a la tradición de tumbarse a tomar el sol.
Vannes, situada a la entrada del Golfo, alberga uno de los conjuntos arquitectónicos más antiguos de Bretaña.