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China es un país inmenso contiene un impresionante patrimonio de innumerables riquezas que ha llegado a heredar a la humanidad. Estas son el resultado de su vasta extensión, de su milenaria historia y de sus variadas culturas.
Cualquier turista que recorra las tierras, las antiguas ciudades y los pueblos de China, constatará la especial policromía en los hábitos y las costumbres del pueblo c ... China es un país inmenso contiene un impresionante patrimonio de innumerables riquezas que ha llegado a heredar a la humanidad. Estas son el resultado de su vasta extensión, de su milenaria historia y de sus variadas culturas.
Cualquier turista que recorra las tierras, las antiguas ciudades y los pueblos de China, constatará la especial policromía en los hábitos y las costumbres del pueblo chino. Muchos son los atractivos turísticos que mantienen, en el corazón, el recuerdo inolvidable de un viaje magnifico a China: ríos y montañas, abundantes reliquias culturales y costumbres e ideologías distintas de forma antagónica.
Todo está listo para descubrir en este país inmenso. Fascinarán al viajero las bellezas naturales de las “Siete Antiguas Capitales” del gigante asiático: Beijing, Xian, Nanjing ,Luoyang, Kaifeng, y Hangzhou; La Gran Muralla es la mayor obra de ingeniería del mundo que protege todo; el Palacio Imperial, más conocido como la "Octava Maravilla del Mundo", o el increíble Gran Canal de Pekín son algunos de los sitios más interesantes que cautivan.
Un viaje por China ofrece un contrastado variedad de paisajes únicos en el mundo: la Meseta del Tíbet, la garganta más profunda, la Garganta del Salto del Tigre, las Grutas de Louyang, y las colinas calcáreas de Guilín, son tan sólo algunos de estas maravillas naturales. Entre los atractivos culturales, el país ofrece las famosas e importantes "operas", fascinante mezcla de canto y música tradicional.
En China es posible encontrar las más delicadas tejidos de seda y artesanías tradicionales, bordados, lacas, Piezas de cerámica, esculturas en marfil o jade tallado la cual se considera una de las artes más antiguas de China, los cuales sorprenderán en cada esquina. Pero si lo que se desea es disfrutar de la gastronomía, China ofrece unos auténticos manjares milenarios cuyos sabores, texturas y aromas nunca decepcionaran.
Quien viaja a China tiene la oportunidad de disfrutar de maravillosos parajes naturales, que se extienden desde el mar hasta las famosas montañas más altas, escenas de hielo y nieve tan impresionantes frente a cálidos rincones y célebres lugares de gran interés turístico, tanto para los amante de los “antiguo” como para los que disfrutan con la vida moderna. Quien viaja a China tiene la oportunidad de disfrutar del arte de la caligrafía tradicional y la pintura clásica, degustar exquisitos manjares, asistir a representaciones artísticas, comprar diversas piezas artesanales y sorprenderse con las costumbres del pueblo chino. Por lo cual es muy recomendable explorar el exotismo de Oriente, un viaje que nunca se llegara a olvidar.
China está ubicada en la zona oriental de Asia, bañada por la costa oeste del Océano Pacífico. Sus 9.600.000 kilómetros cuadrados, representan casi la quinta parte del continente, siendo el país más poblado del mundo. Tiene un alcance de 5.000 kilómetros y separan su zona más occidental, la meseta de Pamir, y su zona más oriental, las costas del Océano Pacífico. Por el noreste de China, fluye el río Heilongjiang y al sur, emerge el archipiélago Nansha.
Tiene en total, más de 20.000 kilómetros de frontera. La costa norte se extiende desde la Bahía de Bohai, al este de Beijing, pasando por el Mar Amarillo y el Mar de China Oriental, hasta el Mar de China Meridional o mar del Sur de China con más de 18.000 kilómetros.
Provincias
Las provincias de China son: Liaoning, Heilongjiang , Jilin, Shangdong, Hebei, Henan, Shaanxi, Shanxi Gansu, Jiangsu ,Qinghai, Zhejiang, Anhui, Guizhou, Sichuan , Yunnan, Hubei, Hunan, Jiangxi, Guangdong, Taiwan ,Hainan y Fujian. Además cuenta con las áreas autónomas de la Mongolia Interior, Hui de Ningxia, Uigur de Xinjiang, del Tíbet y Zhuang de Guangxi, y los municipios especiales de Beijing, Tianjin, Shanghai y Chongquing. Sobre este vasto territorio reside una población de casi 1.404 millones de habitantes que pertenecen a diferentes etnias y nacionalidades, concretamente cuentan con 56 etnias reconocidas. Las masas humanas se concentran de forma especial en los valles de los tres principales grandes ríos: Changjiang, Xijiang y Huanghe, especialmente en la zona del delta del primero, donde se desarrollan superior a 770 habitantes por kilómetro cuadrado. En la gran llanura del norte de China la densidad de la población es muy alta, más de 250 habitantes por kilómetro cuadrado. Más del 91% de la población china en total vive al Este de una línea imaginaria que se extiende desde el sur de la provincia de Yunnan hasta el norte de Heilongjiang.
Desiertos y Valles
Al oeste se encuentran los enormes desiertos asiáticos de Gobi y Takla Makan, así como la región montañosa más inhabitable de la tierra, los habitantes permanentes del Tíbet, donde sólo se hallan en los valles localizados a 3.600 metros sobre el nivel del mar y en las estepas semi secas de Xinjiang y Mongolia. Las barreras naturales, salvo en el norte, son contundentes: en el noroeste, el mar del Japón, y en el sur de China Meridional; al oeste las mesetas del Tíbet y los macizos montañosos de Yunnan y Sichuan, y al suroeste las selvas tropicales de Indochina.
China se distingue por su forma escalonada, producto de los procesos de levantamientos tectónicos.
Ríos
Los ríos más grandes de China riegan las tres divisiones fundamentales del país: el río Amarillo o Huang He se encuentra en el norte, con un recorrido de 5.464 kilómetros, baña nueve provincias de la parte central y septentrional donde abundan fértiles campos de cereales. En esta región el clima es estepario y continental, caracterizado por gélidos inviernos y veranos tan calurosos. En el centro, dividiendo China del Norte y China del Sur, discurre el ChangJiang conocido como antiguo Yangtse el cual se encuentra en el estado de Chu (actualmente provincia de Hunan), con 6.300 kilómetros que riega los extensos arrozales. Esta franja ocupa casi 10 provincias los cuales gozan de un clima monzónico producido por el gradiente altitudinal entre el continente y el océano. Y por último, el Delta del Zhujiang en "el río de la Perla" Guangzhou, al sur, y el Xijiang literalmente "río Rojo" en chongqin que serpentean entre inaccesibles montañas en las que se contempla una fauna y flora exuberante propia de los climas semitropicales.
Montañas
China tiene también grandes montañas, mesetas, zonas montañosas, y colinas los cuales llegan a ocupar el 65% de la superficie total. Según la alineación podemos caracterizar cinco sistemas de montañas. La cordillera de Kunlun, que se encuentra al norte del Himalaya, separa la alta meseta de Qinghai-Tíbet del desierto de Taklamakan, tres de sus cumbres alcanzan los 7.000 metros de altura: Muztag, Kongur y Muztagata y; Las montañas Tián o cordillera Tián, o simplemente Tian Shan, más al norte con sus cumbres nevadas más famosas; la cordillera Xingan, en el noroeste de China; y por último la cordillera Qilian y Hengduan. Las montañas llegan a superar una especial altura en el sector occidental para descender progresivamente hacia la costa. Hay montañas de singular belleza como es la Montaña Huangshan la cual se halla en la provincia de Anhui, sudeste de China, la única zona con un paisaje exclusivamente montañoso. La cual es una montaña sobresaliente considerada especialmente por sus pinos singulares, fuentes termales y rocas extrañas. Cuenta con más de setenta afiladas cumbres que están permanentemente cubiertas por un mar de nubes y neblinas.
Religión en China: Para la gente común, la relación entre ser humano y los dioses continúa siendo muy pragmática. Estos dioses se organizan en una especie de administración religiosa, donde cada cual tiene una función que cumplir que se impone a la identidad original que representaba. A lo largo de los siglos, muchos personajes se han unido a este enorme panteón: generales divinizados, héroes locales o mujeres que realizaban milagros, según la creencia popular. Desde la llegada del comunismo, hace más de 50 años, esta expansión del panteón chino se ha visto frenada, pero aun así, mucha gente vuelve a la religiosidad.
También es curioso destacar que en China no hay mucha adhesión a una religión en concreto (sin contar las monoteístas), dándose el caso de que muchos chinos visitan templos budistas, taoístas y siguen los preceptos del confucianismo indistintamente.
Tradiciones y religiones populares:
El emperador se situaba en lo alto de la escala social, garantizando el orden cósmico. Al poseer el Mandato Celeste, debía realizar rituales como el culto a los antepasados imperiales y sacrificios estacionales a los astros, relacionados con los momentos importantes del año, tales como la siembra, siega y cosecha. Si el Imperio era atacado o había sublevaciones del pueblo, se consideraba que el emperador había perdido el Mandato Celeste.
Según estas creencias, dos principios controlan el buen funcionamiento del universo: el yin (sombra, humedad, frío, luna, femenino, oscuridad…) y el yang (calor, hombre, sol, etc.). Estos dos principios se complementan y trabajan juntos, son opuestos sin ser antagónicos. Todas las cosas tienen su parte de yin y su parte de yang.
En las casas las familias colocan un altar sobre el que se sitúan tablillas de sus antepasados, informándoles de los hechos importantes que suceden en la familia. Las religiones populares han calado de esta manera en todos los hogares de China, estando todos los aspectos del día a día acompañados por una divinidad a lo largo del año.
Confucianismo:
Las enseñanzas de Confucio, que vivió entre los años 551 y 479 a.C., nunca fueron exactamente religiosas, más bien se trataba de una moral política. El civismo era una de las claves, así como el perfeccionamiento constante del ser humano, a través del estudio y del respeto de los rituales. Las personas siempre pueden mejorar, según estas enseñanzas.
El sentido de lo humano, la benevolencia, la piedad y la familia son los valores principales de los que hablaba Confucio. La familia, al igual que el Estado, debe estar sometida a unos códigos concretos. Lo recomendable era seguir la vía media (zhong), la confianza (xin) y el sentido de la justicia (yi). El confucianismo fue considerado por los comunistas como una filosofía muy conservadora, además de estar estrechamente relacionada con el poder imperial, por lo que se prohibió.
Taoísmo:
Se diferencia del confucianismo porque su esencia es principalmente social, un pensamiento naturalista y místico. El taoísta busca la Vía, que representa una realidad absoluta, pero al mismo tiempo es indecible; por lo tanto la esencia del taoísmo es ambigua. Lao Tse, que fue contemporáneo de Buda y de Confucio, dejó para la posteridad el Daodejing, una serie de aforismos escrita en chino antiguo. Hay en esta obra muchos conceptos ambiguos y sobreentendidos, lo cual ha llevado a realizar numerosas traducciones y versiones, siendo el taoísmo por lo tanto una religión susceptible de interpretación.
El taoísmo ayudó mucho a que el budismo penetrara en China, ya que los maestros del Dao se interesaron por las técnicas de meditación de los monjes bonzos. En el siglo V el taoísmo se convirtió en la religión oficial de China, hasta que en el siglo VII el confucianismo se impuso. En la zona sur del país hay dos grandes corrientes: Meishan y Lushan.
Budismo:
Según esta religión, el individuo ha de lograr un estado perfecto de ecuanimidad y liberación (nirvana), en el que no haya mente ni sentidos. Los pilares para conseguirlo son la práctica del dharma y la no-violencia, partiendo de las Cuatro Verdades Nobles: que la vida es dolor porque nada es permanente; que el deseo es la causa del dolor; que este solo desaparece al alcanzar el nirvana; que para lograrlo han de seguirse el “camino del medio”, la meditación y la compasión.
El budismo surgió en la India, como movimiento de oposición y disidencia del hinduismo y el excesivo poder de los brahmanes, penetrando posteriormente en toda Asia. Nacieron muchas escuelas a partir del primer sermón de Buda en el parque de las Gacelas, interpretando cada una a su modo la última de las verdades nobles. En China, el Mahayana (Gran Vehículo), se difundió ampliamente, siendo más acorde con la mentalidad china. Según esta rama evolucionada del budismo, la salvación está al alcance de todos, relajándose mucho las normas y la disciplina.
Hoy en día el budismo es más considerado una forma de vida que una religión, aunque sigue siendo una de las expresiones religiosas más importantes del país. Fue muy atacado durante la Revolución Cultural, aunque actualmente los templos han recuperado el movimiento. Sin embargo, algunos de los creyentes ignoran los rituales y la tradición, acercándose más a la superstición que a otra cosa.
Otras religiones:
China cuenta actualmente con más de 30 millones de musulmanes, 14 millones de cristianos protestantes y 10 millones de católicos. En el caso de esta última religión, hay varias iglesias católicas, siendo una de ellas admitida por el Estado chino (pero no reconocida por el Vaticano), y otra vinculada a Roma y que debe mantenerse más oculta, pues sus miembros son perseguidos y obligados al exilio en ocasiones. Estas cifras pueden parecer altas, pero teniendo en cuenta lo numerosa que es la población china, no representan un porcentaje tan significativo.
En cuanto al Islam, llegó, al igual que las otras religiones monoteístas, a través de la Ruta de la Seda. Las tres minorías étnicas islámicas más significativas en China son los uigures, los hui y los kazajos. De todas formas, a pesar de las cifras dadas más arriba, es difícil saber con exactitud cuántas personas profesan cada religión, pues las estadísticas oficiales no cuadran con las estimaciones.
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