Aunque su origen no se conoce, probablemente fue poblado por tribus íberas. Los romanos denominaron a la localidad "La Paloma". Los Reyes Católicos otorgaron el Señorío de Corumbela a Diego Fernández de Córdoba, como pago de servicios prestados durante la Reconquista. Más tarde pasó a la Casa Ducal de Medinaceli, hasta el año 1811 cuando las Cortes de Cádiz prohibieron los señoríos. Desde entonces y hasta 1868 tuvo su propio concejo. En ese mismo año se unió al concejo de Salayonga. Durante los años 1884,1885 y 1886 ambas poblaciones sufrieron una epidemia de filoxera, lo que produjo una fuerte emigración.