Dice la tradición que Don Pelayo, inició la Reconquista en el año 722 en este lugar, como lo recuerda el obelisco situado al pie del santuario. A partir de entonces y durante toda la Edad Media, los monjes benedictinos se asentaron en este lugar, donde construyeron un templo en el interior de una cueva y un claustro en el sitio que ahora ocupa la colegiata de San Fernando. Pero como las condiciones climáticas de la montaña hacían que el lugar fuera inhóspito, a mediados del siglo XVI se vieron obligados a abandonarlo. Pasado el tiempo vuelve a rehabilitarse el monasterio que llega a convertirse en Colegiata; Ventura Rodríguez vuelve años más tarde a trazar un proyecto para un nuevo santuario tras haberse incendiado. Y es en la segunda mitad del siglo XIX cuando el Santuario de Covadonga adquiere su conformación definitiva. Después de la Guerra Civil española, el arquitecto ovetense Luis Menéndez Pidal realizó un nuevo camerín para la cueva.