Existe una gran tradición artesanal en la provincia de Cuenca: en época musulmana los trabajos en marfil y cristal la hicieron famosa. En la actualidad se continúan realizando objetos de artesanía textil (alfombras) y trabajos de forja.
En muchos pueblos conquenses persiste una tradición alfarera que en algunos casos se reserva a las manos femeninas. Los motivos de los objetos de barro oscilan entre la tradición y la modernidad más avanzada, siendo muy típicas las reproducciones del "toro" del siglo VII que se exhibe en el Museo de Cuenca.
La variedad y la calidad son características esenciales de la artesanía de la provincia: se trabaja la madera, el mimbre, la cantería, el vidrio, el cuero... También se fabrican instrumentos musicales, juguetes, papel, cuchillos, iconos... Otras especialidades que se practican en la provincia son la taxidermia o la joyería.
Vinos de Cuenca En la provincia de Cuenca la elaboración del vino es una actividad tradicional que se extiende a muchos de sus pueblos. En 66 de los municipios conquenses los viñedos se encuentran bajo la Denominación de Origen "La Mancha".
Los vinos más famosos de esta zona son los tintos, elaborados con la variedad "cencibel" y que suelen consumirse jóvenes. Los tintos de Iniesta, El Pedernoso o el Provencio son de gran calidad. En Mota del Cuervo se elaboran tanto vinos blancos de tono dorado como tintos intensos.
Los vinos blancos más frecuentes son amarillos con reflejos verdosos. Tienen aromas de hierba y son de moderada acidez. Los más conocidos son los de Horcajo de Santiago, Fuente de Pedro Navarro, Belmonte, Horcajo y Santa María de los Llanos.
Los vinos rosados se elaboran en menor medida. Son de colores vivos y de aroma afrutado. Los mejores claretes son los de Casas de Haro, Tarancón y Quintanar del Rey. También se elaboran buenos rosados en la comarca de Motilla del Palancar.