Dinamarca tiene una cocina que llegara a ser fascinante. Desde bocadillos artísticamente bien elaborados hasta deliciosos pasteles, el país tiene mucho que ofrecer cuando se trata de especialidades para chuparse los dedos. También es el hogar de la mantequilla danesa Lurpak, algo que no habrá que perderse si es que se está en el campo.
Cuando haya terminado de probar la mundialmente famosa mantequilla, vale la pena deleitarse con la comida local. La experiencia le ayudará a obtener una comprensión más profunda de la cultura danesa y, sin duda, mantendrá su paladar pidiendo aún más.
A continuación se citan algunas delicias gastronómicas para probar en Dinamarca:
Wienerbrød:
En Dinamarca existen una clase de pasteles conocidos ampliamente como wienerbrød, tienen la fama de ser muy deliciosos, y definitivamente la mejor manera de empezar un día en Dinamarca. Algo que los distingue es su sabor a mantequilla, los rellenos cremosos y su dulce glaseado. El nombre de este postre significa "pan vienés", pero aunque su origen es austriaco. La textura del producto final es similar a la de un croissant, excepto que el Wienerbrød se rellena con una mezcla de mantequilla cremosa y azúcar. La masa fue traída a Dinamarca por panaderos austriacos y desde entonces se ha convertido en una especialidad danesa ya que los daneses lo han adoptado plenamente y lo han hecho suyo. Los daneses suelen comerlo como postre de la tarde acompañado de café o té.
Smørrebrød:
Un clásico de la comida danesa, el Smørrebrød es un bocadillo que se come típicamente para el almuerzo. Consiste en una sola rebanada de pan de centeno apilado con una amplia variedad de ingredientes frescos. Los más populares son los camarones con mayonesa y huevos de pescado, el arenque en vinagre y la carne asada con rábano picante.
Pølser:
Esta no es una comida tradicional danesa, pero son demasiado buenas para no mencionarlas. Pølser es esencialmente la versión danesa de los perros calientes o también conocidos hot dogs americanos, pero mucho mejor en todos los sentidos. Se sirven en pølsevogn (puestos) por toda Copenhague y otras ciudades y a menudo se sirven con una guarnición de ketchup, mostaza, cebollas fritas y pepinillos.
Kartofler:
Ninguna comida danesa estaría completa sin un acompañamiento de kartofler, en traducción, es decir, patatas. Se pueden hacer de varias maneras, pero normalmente se hierven en agua y se sirven con otras verduras. También se convierten a menudo en kartoffelmos (puré) o en kartoffler moreno (las patatas se cocinan con azúcar para crear un postre que sea dulce.).
Frikadeller:
La vecina Suecia puede ser más famosa por sus albóndigas, pero Dinamarca también tiene las suyas. Conozca a frikadeller, un plato centenario de albóndigas, que por lo general se comen con acompañamientos como salsa de carne, patatas hervidas, col roja, remolacha y encurtidos, dependiendo de si está almorzando o cenando (en general, las porciones del almuerzo son más ligeras y van acompañadas de pan de centeno). Cualquier restaurante tradicional lo tendrá en el menú.
Queso:
En toda Dinamarca hay lecherías y fábricas de queso que elaboran sus propios quesos auténticos. Los más comunes son el queso azul, el danbo y el havarti. Los daneses a menudo sirven quesos junto con arenque crudo y varias frutas.
Rababergrød:
Rababergrød es un platillo hecho a base de ruibarbo siendo un postre de verano popular en Dinamarca. Los tallos de ruibarbo se hierven y se convierten en un jarabe azucarado. Luego se sirve frío con crema espesa y azúcar encima. A menudo también se le agregan fresas.
Risalamande:
Este platillo es similar a la versión americana del arroz con leche. Se sirve frío y cubierto con cerezas calientes. Cuando se come en Navidad, hay una almendra escondida en algún lugar del plato y quien la encuentra en su cuenco gana un premio. Degustar este postre puede llegar a ser una experiencia extremadamente competitiva buscando esa almendra.