Vacaciones de Semana Santa en Egipto
La Pascua en Egipto es un momento especial del año en el que la esencia de la vida y la belleza divina resucitan y se disfrutan con las vacaciones de Pas... Leer más
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Los monumentos religiosos y funerarios de la etapa faraónica son las principales muestras del arte egipcio. Pirámides y templos, conocidos en todo el mundo, reflejan el fervor hacia los dioses y la firme creencia de que la vida no termina con la muerte, razón por la que los faraones debían continuar manifestando su inmenso poder aún después de haber dejado este mundo
Durante 3.000 años, las sucesivas dinastías que gobernaron Egipto mandaron construir imponentes edificaciones en honor de sus dioses preferidos y en honor de lo que más apreciaban, a ellos mismos. Todas las muestras de arte egipcio comparten elementos comunes: monumentalidad, perfectas figuras geométricas en volúmenes de formas simples, cánones de medida estrictos a la hora de representar figuras humanas que, además, se idealizaban en grado sumo en una visión bidimensional sin ninguna perspectiva.
Dentro del período dinástico encontramos, a lo largo de esos 30 siglos, distintas muestras representativas en cada período. En el Imperio Antiguo destacan los enormes monumentos funerarios más conocidos: las mastabas, edificios de adobe con una parte subterránea en la que se guardaba el tesoro y la tumba, mientras que en la parte superior se instalaba una plataforma rectangular para señalar el lugar. Las pirámides escalonadas nacen de la superposición de varias mastabas. Las pirámides, tal y como las conocemos hoy en día, se caracterizan por un subterráneo en el que se instalaban los tesoros y las sepulturas mientras que el resto de la construcción es un auténtico laberinto con numerosas trampas destinadas a la protección.
Aparte de las construcciones como tales, son muy interesantes los bajorrelieves que decoran el interior de las tumbas. Estas pinturas describen la vida del difunto y su viaje al más allá
El Imperio Medio no aporta ninguna novedad, aunque en ese tiempo se consigue mejorar notablemente los bajorrelieves. En el Imperio Nuevo el arte resurge con fuerza, es el tiempo de los imponentes templos y las majestuosas tumbas excavadas en las rocas
En cuanto a la escultura, se mantienen los mismos cánones expresados en pintura y bajorrelieves.
Los faraones no tuvieron sólo un poder político y económico sino que, además, fueron propulsores de artes como la arquitectura, la escultura, la pintura o la escritura, sin olvidar las ciencias. Hay que decir, que al igual que en otras culturas, este afán tiene su base en el sentimiento religioso, pero sobretodo de perpetuarse en el tiempo a través de sus obras
El primero de los grandes faraones fue Namer o Menes, célebre por la conquista del Delta. Fue él quien unificó Egipto, fundando la primera dinastía.
Zoser, fundador de la III Dinastía, tuvo su capital en Menfis. Construyó el primero de los grandes complejos funerarios, el de Saqqara, con su pirámide escalonada.
Los faraones de la IV Dinastía son los constructores de las tres pirámides de Gizah: Keops, Kefrén y Mikerinos. Amenofis IV y Nefertiti, su esposa, realizan la reforma religiosa, dejando importantes muestras de arte, como el busto policromado que recuerda las bellas facciones de la reina.
Tutankamon, cuya tumba se encontró prácticamente intacta, fue el que recuperó el antiguo culto. Ramses III y Nefertari, de la XVIII Dinastía, dejaron grandes reformas artísticas, colosales estatuas y uno de los más bellos templos, el dedicado a Nefertari.
De la misma dinastía es Hapshephut, la única que tiene un templo en el Valle de los Reyes. Ptolomeo fue uno de los más grandes impulsadores de la cultura tras Alejandro Magno. Su descendiente, Cleopatra se convirtió en uno de los grandes mitos por sus relaciones con Cesar y Marco Antonio. Fue la última de los grandes faraones pues entregó su reino a los romanos en el año 30 a.C
Los egipcios celebran sus fiestas dependiendo de su religión: los musulmanes las propias del Islam y los coptos las procedentes de la antigua tradición egipcia además de las cristianas. Ambos festejan las festividades de carácter nacional como el Día de los Sindicatos o Día del trabajo, celebrado el 1 de enero y el 2 de febrero, Día de la Unión, el 23 de febrero, El día de Liberación del Sinaí el 25 de abril, el Día del Trabajo celebrado el 1 de mayo, conmemorando la Retirada de las tropas británicas que se celebra el 18 de junio, la proclamación de la República de Egipto el 23 de julio, el día de las fuerzas armadas celebrado el 6 de octubre el cual conmemora la victoria contra Israel en la guerra de 1973, el Día de Suez celebrado el 24 de octubre ,El Día de la Victoria celebrado el 23 de diciembre y Sham El Nassim que se celebra el comienzo de la primavera
En cuanto a las fiestas coptas, En enero se celebran dos fiestas religiosas, el día 7 la Navidad y el 19 la Epifanía. El Año Nuevo copto se celebra el 11 de septiembre. Además de dos fiestas más, el 21 de marzo la Anunciación y el 15 de agosto la Fiesta de la Virgen María.
Hay que decir que las fiestas musulmanas varían cada año de acuerdo al calendario lunar. Es decir, son fiestas “móviles”, desplazándose aproximadamente 13 días menos con respecto al año anterior del calendario gregoriano.
Para los musulmanes el Año Nuevo comienza el primer día del mes de Moharram. Los musulmanes disfrutan enormemente con el Eïd el-Fitr, la festividad que marca el fin del mes santo del Ramadán. Durante tres días los musulmanes disfrutan de exquisitos manjares y de animadas tertulias. También algunos musulmanes celebran las “mulids” fiestas en que se veneran a los santos locales. El décimo día de ese mismo mes tiene lugar la Conmemoración de la Ashura, la entrega a Moisés de los Diez Mandamientos
Destacan, además el Aïd el-Kebir en la que los musulmanes conmemoran el sacrificio de Abrahán y se conoce popularmente como la Fiesta del Carnero; la fesita de inicio el año musulmán, el primer día de la Hégira, el Primer Moharem; la celebración del nacimiento del Profeta, el Mawlid; el Cumpleaños del Profeta, una de las más importantes festividades para algunos musulmanes. Los egipcios salen en procesión con trajes históricos, caballos, música y dulces.
El Laylat El Esraa rememora el vuelo del Profeta de Jerusalén al cielo.
Mientras que en el sur de Egipto el Moulid de Abu el-Haggag recrea la festividad de la diosa Opet la cual se remonta desde hace 3,600 años durante los tiempos faraónicos en Luxor.
Los descendientes de los faraones poseen como cualidad acusada una gran dignidad que, quizá, procede de los tiempos de esplendor del antiguo Egipto y que ha permanecido inalterable, como rasgo característico, a lo largo de los siglos. La dignidad se mezcla con otro rasgo fundamental, la humildad que aparece, probablemente, por el sentido trágico que los egipcios tienen de la vida, es decir, que todo depende de la voluntad divina. Por ello, en todas partes y en cualquier momento se pueden escuchar expresiones de tipo religioso como “es voluntad de Dios”, “si Dios quiere” e incluso el típico saludo “salam aleikum” tiene este sentido ya que lo que desea es que “la paz sea contigo”.
El pueblo de Egipto es profundamente religioso y espiritual. El Islam es muy importante para ellos y es imprescindible respetar sus costumbres para poder llegar a conocerlos. Es aconsejable vestir con pantalones o faldas largas y camisas o camisetas con mangas, sobre todo al visitar los lugares santos y las mezquitas hay que descalzarse al entrar.
Esta profunda religiosidad se percibe también claramente en la familia. Los núcleos familiares están muy unidos y suelen estar encabezados por los varones, padres, maridos, hermanos e hijos. Las mujeres son también importantes en la sociedad egipcia. Las más ancianas ordenan el grupo de mujeres de una casa y son las que deciden, a pesar de que las mujeres de los primogénitos también tienen bastante poder. En los últimos tiempos estas rígidas leyes se han abierto, sobre todo, en las grandes ciudades y son cada vez más las jóvenes que estudian y trabajan participando activamente en todos los campos de la sociedad. Sin embargo, existen ciertos aspectos que no han cambiado, por ejemplo, están prohibidas terminantemente las relaciones prematrimoniales ya que las mujeres deben llegar vírgenes al matrimonio.
El matrimonio es un acontecimiento social importante y las bodas se celebran con todo el lujo y el boato que es posible. Se reúne toda la familia y los amigos, se cierran calles para que en ellas tenga lugar el banquete, el baile, las danzas populares, los espectáculos acrobáticos, etc. Es costumbre que los novios paseen en coche por las calles del barrio en medio de las felicitaciones de todo el mundo. Si se tiene oportunidad no hay que dejar de asistir a una celebración matrimonial.
Los egipcios gozan de un excelente sentido del humor, les encanta contar chistes de cualquier tipo y gastar bromas. Es recomendable disfrutar con paciencia y buen humor de la gente de este bello país.
Es aconsejable llevar el material fotográfico del país de origen ya que en Egipto los precios son algo elevados. No se pueden fotografiar instalaciones militares, el Canal de Suez, catacumbas y algunas tumbas y museos. Se puede adquirir un permiso en alguno de ellos, después de pagar una módica cantidad
Es mejor llevarlo todo desde España, tanto las películas o cintas de vídeo, como las pilas que se lleguen a utilizar en los aparatos. En Egipto se tendrá que usar seguramente filtros y parasoles para las cámaras, ya que la luz solar es fuerte y todavía se ve más reflejada en las superficies de arena. En caso de llevarse cámara de vídeo es obligatorio declararla en la Aduana, y hacer anotar en el pasaporte los datos correspondientes, para poder sacarla y volver a traerla sin problemas.