Cerca de la entrada principal se encuentra la tumba pequeña e inacabada de Ramsés VII (1136-1129 aC). Con solo 44 metros de largo, es una estrecha tumba real debido a la repentina muerte de Ramsés, solo consiste en un corredor, una cámara funeraria y una tercera cámara inacabada. Sus arquitectos ampliaron apresuradamente lo que habría de ser el segundo corredor de la tumba, convirtiéndola en una cámara funeraria, y el faraón fue enterrado en un pozo cubierto con una tapa de sarcófago.
Los nichos para los frascos Canopic están tallados en los lados del foso, una característica exclusiva de esta tumba. Las paredes en el pasillo que conduce a la cámara están decoradas con extractos bastante bien conservados del Libro de las Cavernas y el ritual de Apertura de la Boca, mientras que la cámara funeraria está decorada con pasajes del Libro de la Tierra. Más tarde fue utilizado por ermitaños coptos, como sugiere su graffiti.
La momia de Ramsés VII aún no se ha encontrado. Cuatro copas de loza que llevan el nombre del rey fueron encontradas cerca de la momia DB320, lo que puede sugerir que es uno de los cuerpos no identificados de este hallazgo.