Es evidente que en una península los productos marinos tendrían gran impacto en la alimentación; las especies del Atlántico, del Mediterráneo y del Cantábrico obligan a una variedad en la cocina. Por otra parte, las zonas ganaderas del norte y la meseta central proveen las carnes rojas y los derivados de la leche. El vino es un líquido presente en todas las regiones en menor o mayor calidad; más de 50 marcas lo confirman. La zona de la Rioja es la que ofrece mayor calidad a nivel mundial, en tanto que el Duero y Jerez algunos de ellos con Denominación de Origen.
El desayuno es consumido por la mayoría de los españoles. El desayuno tradicional español incluye café o jugo de naranja, y pasteles o un pequeño sándwich. En Madrid también es habitual tomar chocolate caliente con churros o porras. En los cafés, usted puede esperar variedades de tortilla de patatas, a veces tapas.
En Galicia, tierra de peregrinos y gustos diversos, son típicos los platillos a base de mariscos. Las vieras son una vianda hecha con mariscos que, según se cree, están relacionadas con el apóstol. También son famosos el pulpo, preparado de diversas maneras, las sardinas asadas y los pimientos de Herbón, ambas se consumen estilo tapas, entre copas y la charla con los amigos.
A su paso por Asturias podrá encontrar los mejores quesos de la nación; el más reconocido es el cabrales. Asturias, al igual que Cantabria, es zona de mariscos y pescados, especialmente merluzas, anguilas, sardinas y calamares. Probar una fabada es pactar con esta zona cantábrica ya que se considera su plato típico; hecha a base de alubias grandes, cerdo, morcilla, cebolla y chorizo, se trata de un guiso caldoso que viene muy bien en los días de invierno.
El País Vasco mantiene también esa diferencia típica en su cocina como en su lengua y su idiosincrasia. Sus platillos principales tienen como fuente el pescado y los mariscos, especialmente el bacalao y la merluza; así mismo, las salsas los distinguen de otras regiones españolas, semejándose en esto a la complicada cocina francesa. En los pueblos de la región se consume un plato conocido como marmitako, realizando una combinación de atún, bonito, patatas y pimiento que suele acompañarse de un vino blanco seco y ácido llamado txacoli.
De La Rioja lo más destacado dentro y fuera de España son sus excelentes vinos, especialmente los tintos. De sus platillos se puede decir que destacan los que se realizan a base de perdices y cordero ya sea en guisados o asados a los que incorporan las alubias blancas y otras legumbres; los pimientos riojanos son tan famosos como los vascos pues proceden de la misma zona geográfica, su utilización es en muchos casos como envoltorio de diversas mezclas de verduras o carnes
Navarra comparte una cocina similar a la riojana; perdices y codornices son su fuerte, tanto como la trucha a la riojana combinada con jamón; sin embargo, su espectro gastronómico se amplía hacia los platillos en los que predomina el cordero, como el asado o el chilindrón, en el que se acompaña de las verduras y hortalizas navarras de gran renombre.
Aragón ofrece platillos a base de pollo y cordero aderezados con salsas de tomate, cebolla y pimientos; el ternasco es uno de ellos.
El Levante es otra región española típicamente mediterránea en donde los mariscos y peces dominan el diario comer; se preparan salazones de boquerón o también platos como el cruet de pex e incluso en ciertas zonas puede probarse el exótico erizo de mar. Destaca internacionalmente la paella valenciana, arroz combinado con mariscos de alta calidad que adquiere un color amarillo por la forma en que se cocina.
Andalucía es la región española que reúne mayor influencia de las culturas que conquistaron España, especialmente la árabe. Predominan los platillos a base de pescados y mariscos con la característica de cocinarse de manera más seca, para una ingestión más fácil. El gazpacho es el plato caldoso más popular de Andalucía.
Las Islas Baleares tienen una cocina típicamente marítima. Para dar variedad, incorpora numerosas sopas y guisos de verduras como la sopa mallorquina y el tumbet a base de patatas, calabacines y pimientos.
La tierra del centro, las comunidades más extensas geográficamente que son Castilla la Mancha, Castilla León y Extremadura comparten una cocina similar. Predominan los platos elaborados con carne roja de res o de cerdo, siendo especial la ternera avileña de sabor delicado y suave, los asados de cordero y conejo, los jamones y chorizos con sus innumerables variedades, los patés derivados de las diferentes clases de ganados de la región. Los quesos como el manchego tienen gran reputación y se ofrece profusamente en su cocina; los productos del trigo se expresan en gran variedad de panes salados y dulces, así como en galletas y postres típicos. Las empanadas rellenas de chorizo, jamón y carne roja son características de varias regiones y están relacionadas con la vida campestre de antaño así como con numerosas tradiciones.
Por último, en Madrid se puede encontrar una cocina nacional e internacional muy variada, característica de una capital mundial, sin que ello le impida tener sus propias especialidades como son los callos y el cocido a la madrileña. La ventaja de asomarse a la cocina desde Madrid reside en ese inmenso mirador de España que es esta ciudad, con sus espacios para cada una de las particularidades de sus regiones