De la etapa paleolítica han quedado las magníficas pinturas rupestres distribuidas en dos zonas: el Levante y Mediterráneo por un lado y la región franco-cantábrica por otro. En las primeras, se trata de pinturas cubiertas por otras rocas; se componen de obras pequeñas, estilizadas, monocromáticas en los que la figura humana es el eje central de la actividad; los sitios más relevantes son Cogull (en Lleida) y Alpera (en Albacete). Por su parte, la región del norte guarda en sus cuevas pinturas polícromas, grandes y realistas de animales de caza en los que la ausencia de la figura humana llama la atención; los colores utilizados son el rojo, ocre y negro y las más conocidas cuevas son las de Altamira y el Castillo en Cantabria y el Pindal, Ribadesella y San Román en Asturias
Del neolítico, las muestras de arte más llamativas son las estructuras megalíticas conocidas como Dólmenes que son cámaras funerarias realizadas en piedra. Los más famosos son los de Huesca y Antequera
La Edad de Bronce hizo florecer en Almería la creación de joyas y utensilios. En las islas Baleares los talayots, monumentos defensivos y las taulas y navetas, monumentos funerarios, revelan un sentido artístico de los habitantes primitivos de esta zona
La Edad de Hierro se manifiesta en obras de piedra tallada como la misteriosa Dama de Elche, los Toros de Guisando o los Leones de Córdoba; en orfebrería el Tesoro de Carambolo es una muestra del refinado arte de aquella época.
El Arte Romano
Los romanos construyeron en España caminos, carreteras, majestuosos acueductos como el de Segovia, teatros como el de Mérida, puentes y arcos del triunfo en muchas de las ciudades que fundaron u ocuparon además de las esculturas y pinturas que se estamparon preferentemente en obras de artesanía doméstica.
Los Visigodos
Con los visigodos se entra de lleno en la era cristiana en Europa. Sus obras artísticas, en especial la arquitectura y la pintura, iban dirigidas a fines eclesiales; es en esta época cuando se construyen iglesias y monasterios austeros en sus formas cuyo ornamento era a base de frisos de bajorrelieve tallados en piedra o en madera.
La Influencia Árabe
La visión musulmana de la vida tiene un eco fuerte en el arte de España. Desde sus cantos más suaves y sensuales, las jarchas, alejados en parte de la tendencia estrictamente religiosa, hasta sus monumentales obras de arquitectura.
Los árabes tuvieron tres períodos de desarrollo artístico en la península: el arte califal que dejó a su vez tres tipos de construcciones: la mezquita, , el alcázar, y la alcazaba. El rasgo más significativo del arte califal es el uso del arco de herradura..
El arte almohade, desarrollado hacia los siglos XII y XII, A esto se debe laa utilización del ladrillo y las torres cuadradas de escasa ornamentación; en contrapartida, aparecen los azulejos y se mezcla la escritura árabe con la cristiana. Un ejemplo de este estilo es la Giralda en Sevilla
El arte nazarita, correspondiente al período de decadencia del dominio árabe en tiene su mayor exponente en La Alhambra. La característica esencial del estilo nazarita es el tallado en yeso de los interiores, de una fineza tal que parece un encaje bordado sobre las paredes y altos techos, mezclándose estéticamente con preciosos mosaicos con predominio del azul
El arte mudéjar es una mezcla realizada por árabes convertidos al cristianismo que se asentaron en zonas reconquistadas. En sentido arquitectónico lo más relevante es el Alcázar de Sevilla y las sinagogas de Toledo. Este arte orfebre tiene dos vertientes: las joyas y las armas de guerra, cuyas espadas lucen en su empuñadura los nombres y escudos de los grandes caballeros de las cruzadas
La Reconquista
Como respuesta a la impuesta presencia árabe en España, los cristianos desarrollaron cantos religiosos contrastantes con las jarchas árabes por su sonora austeridad; estos cantos se utilizaron en autos sacramentales, antecedentes directos del teatro, así como en la poesía
El teatro también tiene sus raíces en esta confusa etapa de reconquista. Del siglo XII quedan autos religiosos como el de "Los Reyes Magos", escritos en verso y aderezados con música sacra
El Arte Prerrománico y Románico
el arte prerrománico y románico se desarrolla en paralelo como una forma de rechazar la influencia musulmana. La arquitectura se caracteriza por una altura mayor de las construcciones y un sentido más recto en el que el uso del arco se reduce a los altares. Los techos se sostienen con capiteles esculpidos en piedra y con sentido rectangular y austero. Nacen las basílicas de dos o tres naves, decoradas interiormente con grandes murales y celosias de madera tallada. Las iglesias y construcciones de Navarra y Asturias, especialmente en Oviedo, forman la muestra más pura del prerrománico español, a pesar de los cambios que sufrieron con posterioridad.
Por su parte, Cataluña, alejada del influjo árabe, aunque más cercana a la influencia francesa e italiana, desarrolla el románico en el siglo XII, que se caracteriza por la construcción de aparejo irregular, los cabeceras y capillas prolongadas en forma semicircular, un campanario independiente y bóvedas de medio cañón.
El Gótico
El gótico florece en España; en Cataluña y Valencia se propaga aunque con características más particulares. En Navarra aparece con posterioridad en el mismo siglo XIII y su mayor representante es la Catedral de Pamplona.
De la Edad Media al Renacimiento
Las obras arquitectónicas adquieren un sentido más global al ser concebidas para disfrute del hombre; surgen los palacios en contraposición de los castillos, con el añadido de la libertad y tranquilidad que la unificación española trajo como consecuencia. Desaparecen las murallas y las grandes puertas impenetrables y en su lugar se colocan preciosos jardines y piezas en mármol, especialmente italiano, madera y metales.
En la literatura, el Siglo de Oro español refleja un replanteamiento de la existencia humana en su teatro con Calderón de la Barca y Lope de Vega. El hombre se enfrenta ahora a si mismo, a sus deseos insatisfechos y sus sueños lejanos de la piedad cristiana. La pintura también sufre una modificación sustancial recreando la vida aristocrática especialmente, aunque también aparecen rostros y escenas de la vida popular.
Y mientras por un lado se creaba un desenfrenado interés por la reivindicación del hombre como eje del arte, por otro la religiosidad luchaba por imponerse a través de la contrarreforma y la presencia de obras austeras como el Escorial, producto del espíritu religioso de Felipe II. De esta etapa son también los movimientos místicos en literatura con San Juan de la Cruz y Santa Teresa, así como las obras místicas de El Greco
La Era de la ilustración
Esta etapa introduce en la arquitectura elementos que se consideran punto de transición de la etapa moderna. La urbanización de las ciudades es un punto clave que los monarcas atienden, dejando como resultado el embellecimiento menos recargado de muchos sitios españoles
El siglo XIX
Este es el siglo del romanticismo, que en España se nutre de obras como el clásico "Don Juan Tenorio" que sitúa a los ibéricos como prototipo del galán masculino. También aparecen obras poéticas como las de Bécquer, Rosalía de Castro o piezas como las de Benito Pérez
En esta época, el realismo y el naturalismo aparecen para enfrentar al hombre con realidades más evidentes y como puerta de entrada al impactante siglo XX
El siglo XX
El siglo presente envolvió a España en un momento de su historia en que se definía una nueva forma de vida. La Guerra Civil destruyó numerosos edificios de gran tradición histórica que fueron renovados hacia el final de la misma, sin conseguir llevarse al olvido la memoria de una historia tan profunda como la española. La dictadura franquista obligó a emigrar a muchos de los espíritus libres de los artistas hispanos hacia Francia y América,. Bajo el control de Franco se construye el Valle de los Caídos, dedicada a los caídos en la Guerra Civil. El sentido austero, la mezcla militar y religiosa con cierto aire de modernidad se reflejan en las obras elaboradas durante la época de la dictadura. En contraste, la pintura se vuelve más audaz intentando reflejar los sentimientos más angustiantes del siglo XX. Las piezas de Dalí, Miró y Picasso, las más reconocidas mundialmente, forman parte de ese grito silencioso hacia la libertad individual que tanto se pondera en nuestra era, envueltas en una visión mucho más personal de la vida y del arte mismo