Los estonios provienen de los pueblos ugrofineses, que eran parte de un grupo etnolinguístico que atravesó Siberia y el Volga antes de llegar a Estonia.
En la década de los 80 había un 30% más de rusos, un 3% de ucranianos y un 2% de bielorusos. La sensación de haber sido invadidos por los inmigrantes hizo aumentar el sentimiento nacionalista, que en cierto modo ayudó a Estonia a conseguir la independencia. Esta situación ha hecho aumentar las tensiones. Los individuos de habla rusa se concentran en la capital y en el nordeste industrial.