La historia de Guadalupe está ligada al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe desde el siglo XIV, fecha en la que aparecen los primeros escritos sobre él. La imagen de la Virgen apareció a finales del siglo XIII o principios del XIV en las márgenes del río Guadalupe en la falda sur de los montes de Altamira, donde estuvo escondida durante cinco siglos. En el lugar del hallazgo se construyó una pequeña ermita en la que se colocó la imagen de la Virgen que, siglos atrás, estuvo junto al cuerpo de San Lucas Evangelista, expuesta y venerada en Roma y Sevilla hasta que en el año 714, unos clérigos que huían con la imagen de la Virgen y otras reliquias, evitando la incomprensión de los musulmanes, debieron esconderla en los parajes donde apareció. Una vez guardada en dicha ermita, la imagen recibió el nombre de Guadalupe, que quiere decir "río escondido" en referencia al lugar de su aparición. Existe otro documento de 1347 que menciona el lugar de "Puebla del dicho lugar de Santa María de Guadalupe", reconociendo el lugar como de realengo y poco después el rey concedería al Prior del Santuario "El Señorío de la Puebla", título que tuvo vigor hasta el año 1820, fecha en la que se constituyó el primer ayuntamiento de Guadalupe. En 1368 el rey Pedro I concedió a la Puebla de Guadalupe feria franca durante 20 días, fechas éstas en torno a la festividad de la Virgen de Guadalupe. En 1389 el Santuario se encomienda a los Padres Jerónimos para su custodia, que estarían a cargo del mismo hasta 1835, pasando varias décadas sin la custodia de orden religiosa alguna con una ruina progresiva del edificio, hasta que en 1908 los Franciscanos aceptaron hacerse cargo del Monasterio, realizando en las décadas sucesivas obras de rehabilitación en el mismo. Hoy en día el Monasterio de Guadalupe es uno de los centros devocionales marianos más importantes del mundo cristiano y la Puebla, declarada Monumento Nacional,continúa siendo una población acogedora,con personalidad propia tanto en el trazado de sus calles, en torno al Monasterio, su gastronomía, su artesanía y la típica arquitectura popular. La Virgen de Guadalupe también es muy venerada en los países de Latinoamérica.