La palabra criollo en realidad proviene del vocablo portugués crioullo que el español convierte en criollo y el francés en criolle. Inicialmente se utilizó para denominar a los blancos nacidos en las colonias de América y los territorios del Océano Indico. La lingüística lo adoptó para denominar a aquel sistema mixto que proviene del contacto de varias lenguas -español, portugués, inglés y francés- con idiomas aborígenes -caribeños- o africanos. En Guadalupe se habla oficialmente el francés, pero la mayor parte de la población habla el patois, un dialecto criollo que tiene base lingüística francesa. También se habla algo de inglés en las zonas turísticas.
En la zona de las Antillas en general se mantienen creencias traídas en su momento por europeos, africanos e hindúes. Existe un vasto crisol en el que se entremezclan las supersticiones y las prácticas mágicas de grupos étnicos muy diferentes unos de otros. En la actualidad, el hechicero o el brujo -le quinboiseur- tiene mucha importancia en la vida cotidiana de la población y la mayoría hace caso a sus consejos.