Se puede decir que sus grandes restaurantes han sido los pioneros de la "nueva cocina", sus investigaciones con aportaciones importantes han venido a enriquecer el recetario vasco. Sus platos muestran el arte y refinamiento que la alta cocina guipuzcoana posee. La cultura gastronómica está tan arraigada tradicionalmente que no es extraño que nazcan en San Sebastián las conocidas Sociedades Gastronómicas, donde sus socios se reúnen para comer o cenar pagando una cuota anual para el mantenimiento del local, cuya estructura es igual a la de un restaurante. De estos últimos, muy numerosos en el territorio, se pueden encontrar desde lujosos locales de refinados platos, hasta bodegas o tascas que preparan platos típicos por unos precios más económicos. También están las tradicionales sidrerías, a las que sólo se puede acceder durante la temporada de invierno, lo típico es cenar tortilla de bacalao y chuletón troceado, de postre queso con nueces, y sidra, toda la que se quiera, servida por uno mismo directamente del barril.
Los alimentos que fundamentan la base de la cocina tradicional son los pescados frescos y hermosos chuletones de buey, acompañados de verduras o legumbres del país. De postre es típico el pastel vasco, los flanes y natillas, el gatxato (cuajada) o los frutos secos como nueces o castañas, estas últimas tienen un día dedicado a ellas "kastañarre", como la txistorra el día de Santo Tomás. Es fácil así, apreciar que la gastronomía más que la mera subsistencia o el gusto por la buena mesa, es aquí una forma de vida y un ritual que va unido a cualquier tipo de celebración.