El Vudú
Probablemente es la primera palabra que viene a la mente cuando se habla de Haití. Para el viajero con una mente abierta, el vudú, sus ritos y ceremonias son el principal atractivo cultural de la visita al país. Mucho más allá de una mera expresión anacrónica del pasado africano de Haití, el vudú es una experiencia vital que comparte la mayoría de los haitianos y que merece la pena conocerse.
Qué es el Vudú
Ante todo, el vudú es una religión, la dominante en Haití. Muchos de los principios y prácticas del vudú pueden sonarnos a pura superstición, pero imagínese qué le pueden parecer ciertas características del cristianismo a quienes no saben de qué se trata: )Qué pensarían de la Santísima Trinidad, o de la resurrección de Cristo, de su presencia en la eucaristía? Cualquiera de estas prácticas, creídas totalmente por el más inteligente de los cristianos, le parecerían tontas supersticiones a alguien no familiarizado con el cristianismo.
Hay que reconocer pues, en primer lugar, que el vudú es la religión de Haití, y que es tomada muy en serio, no solo por campesinos analfabetos, sino por los estratos más preparados y educados de la sociedad haitiana. No se trata de creer en el vudú -como no se espera que se convierta al islamismo si visita Irán- sino que aprenda a reconocerlo como cualquier otra religión del mundo.
Los Conceptos básicos del Vudú
1. Hay un sólo dios, Bondye. Este dios es muy parecido al dios del islam, judaísmo o cristianismo.
2. Hay otras tres categorías importantes de seres espirituales:
- Loas. Estos son los diversos espíritus de los miembros de la familia y de las principales fuerzas del universo: el bien, el mal, la reproducción, la salud y todos los aspectos de la vida diaria.
A Interactúan con la gente en la tierra.
A Envían mensajes y hacen que sucedan cosas, tanto buenas como malas.
- Una curiosa y misteriosa combinación de fuerzas contradictorias: bien y mal, feliz y triste, etc. Si se les honra en las ceremonias religiosas, tenderán a favorecer a las personas a tener lo mejor de la vida.
- Los muertos. Principalmente las almas de los miembros muertos de la familia, y que no han sido "reclamadas" todavía por la ella. Los muertos ignorados son peligrosos. Los que son cuidados y honrados por la familia son benefactores.
3. El aspecto central del vudú es la curación de enfermedades. Probablemente constituyen el 60% de la actividad del vudú. Los curanderos curan con hierbas, fe sanadora (con la ayuda de los loa y otros espíritus) y, hoy día, incluso con medicinas convencionales.
4. El sacerdocio del vudú incluye a hombres (Houngan) y mujeres (Mambo). Sus funciones son:
- Curar
- Llevar a cabo ceremonias para llamar o pacificar a los espíritus.
- Dirigir la iniciación de otros sacerdotes.
- Adivinar el futuro e interpretar los sueños.
- Crear pociones para variados fines (desde el amor a la muerte).
Para algunos de estos servicios pueden recibir determinados honorarios, según el criterio de los diferentes houngan y mambo.
5. Otro rasgo central del vudú es el "servicio", los ritos de propios de la religión.
- Generalmente se llevan a cabo a en un pequeño recinto, y alrededor de un poste central, el "poto mitan". Casi siempre son dirigidos por un houngan o mambo.
- Los tambores proveen la música y el ritmo, imprescindible para el desarrollo de las ceremonias.
- Todos los asistentes participan en el rito.
- En la mayoría de los servicios los loa "montan" a las personas: bajan y toman el cuerpo de la persona por un tiempo. Cuando el loa llega, la persona se ha ido (y no queda claro dónde). El cuerpo es el de la persona, pero es en realidad el loa. Si un loa hombre toma el cuerpo de una mujer, se le llama "él" y no "ella" durante el rito.
- Casi todo servicio de vudú conlleva el sacrificio de un animal, pues esto implica la liberación de vida. Los loa están exhaustos por la labor de hacer funcionar el universo, y la vida del animal los rejuvenece.
6. Hay dos tipos principales de vudú
- Rada. Este es un vudú de espíritu familiar, el de los loa más o menos pacíficos y felices.
- Petro. (llamado Congo en algunas áreas). Este es un vudú de magia negra; es el vudú de los loa malos y negativos. nada bueno se puede esperar del rito Petro, incluyendo la creación de zombies y salvajes orgías sexuales.
Todos los estudios serios al respecto coinciden al señalar que el 95% o más del vudú que se practica es Rada. Existe el vudú de magia negra, pero su práctica está muy limitada.
7. El análisis de los humanos. Los hombres tienen dos espíritus y un cuerpo.
- Ti-bon-ange (pequeño buen ángel). Es parecido a lo que los occidentales entendemos como "conciencia".
- Gros-bon-ange (gran buen ángel). Es similar al alma en la concepción occidental del hombre, sólo que aquí el alma está mucho más separada de la persona que en la noción de occidente. Por ejemplo, cuando una persona muere y va ante dios para ser juzgada, es el gros-bon-ange quien "presenta" a Dios la persona.
Términos Clave del Vudú
Hounfo. Es una pequeña botella de barro en la que se puede "rescatar" el gros-bon-ange de los ancestros. Al morir una persona, su gros-bon-ange va a un lugar bajo el agua. Un año y un día tras su muerte, sus familiares pueden llamarlo. Este es un servicio muy caro que requiere un sacrificio animal significativo, a menudo el de un buey y por eso a menudo pasa mucho tiempo antes de que pueda ser llevado a cabo. Si transcurre demasiado tiempo, el antepasado puede sentirse molesto y causar problemas o enfermedades.
Serviteurs. Son los practicantes habituales del vudú.
Ason. Para invocar los espíritus.
Lave tet. Lavado de cabeza, una ceremonia de iniciación para los serviteurs que han sido "montados" por primera vez.
Kanzo. La ceremonia de iniciación para aquellos que entran en la práctica seria del vudú.
Veve. Dibujos ceremoniales de los diferentes loa.
Peristile. El templo de vudú.
Poto mitan. El poste central en el peristile. Representa el centro del universo, y todo el baile gira en torno a él.
Les invisibles. Todos los espíritus.
Les misteries.
- Los mismos loa
- El conocimiento sagrado, también llamado konesans.
El Cruce. Imagen recurrente del vudú, es el lugar donde los dos mundos (terreno y espiritual) se encuentran. Todos los actos del vudú, incluso las curaciones, comienzan con el reconocimiento del cruce.
Los Principales Loa del Vudú
Legba. Un hombre anciano, guardián de los dos mundos. Es el espíritu de la noche, el origen de la oscuridad, simbolizado por la luna. Es un loa símbolo de San Pedro.
Kalfu. Es la contraparte Petro a Legba. Es literalmente un payaso, muy cómico y erótico. Es el señor del erotismo.
Papa Gede. Loa de la muerte y resurrección, es la fuente de la paz y la tranquilidad. Se le ofrece un huevo cuando llega poseer a una persona. Es muy amado y buscado. Lo cuida su esposa, Aida-wedo.
Agw. El soberano de los mares. Hoy día sigue siendo la fuerza de la política. Es violento.
Erzuli. La madre Tierra, espíritu de la diosa del amor. Es también la musa de la belleza, muy identificada con la Virgen María. Puede adivinar el futuro en los sueños. Es un loa muy amado y respetado.
Terremille. Espíritu que se invoca para protección y para conseguir deseos.
Holichard. Gran espíritu Rada.
Badadrí de Marie. Loa protector.
El Fatalismo del Vudú
El vudú es a menudo criticado por los extranjeros, unas veces simplemente por ser una religión opuesta a la que uno profesa, otras porque se le identifica con el satanismo, aunque, como ya comentamos, numéricamente la práctica del rito Petro es ínfima. Sin embargo, el objeto principal de las críticas hacia el vudú parten de su avasallador fatalismo. Los loa determinan la vida del serviteur casi en su totalidad, no quedando margen para lo que un occidental considera responsabilidad personal o libre albedrío: todo sucede porque un loa lo causó.
Si un practicante del vudú quisiera cambiar algo de su vida, desde una enfermedad hasta los fundamentos del sistema social, debería preguntar al loa, lo que no sería muy productivo, ya que es el loa quien decide estas cuestiones. Todo esto ha contribuido notablemente a la falta de voluntad de lucha por parte de los campesinos para lograr mejorar sus condiciones de vida. La pregunta sin embargo es: )es el vudú el que ha creado el fatalismo haitiano o es la historia vital africano-haitiana la que ha propiciado el fatalismo del vudú?. Como veremos más adelante, su estrecha relación con el catolicismo puede haber ayudado: todos los católicos en un momento u otro de su vida llegan a identificarse con pensamientos del tipo "Los designios del Señor son insondables" o "así lo quiso Dios".
La Relación del Vudú con el Catolicismo
Bajo el dominio francés del país, a los esclavos se les prohibió la práctica del vudú, pero éste sobrevivió. Los franceses permitían bailes los fines de semana que, sin saberlo, eran prácticas de vudú. Tras la independencia de Haití, en 1804, los blancos fueron expulsados del país, y muchos de ellos, sacerdotes católicos incluidos, asesinados. El Vaticano rompió relaciones con Haití, y no volvió a restablecerlas hasta 1860. Durante estos 56 años, los houngans y mambos construyeron la religión nacional de Haití, el vudú, como una complicada amalgama de religión espiritual africana y catolicismo. Prácticamente todos los loa fueron asociados a santos católicos. Como consecuencia, no es raro para los haitianos practicar el vudú y el catolicismo y, a veces, ser devoto de ambos.
En diversas ocasiones, entre 1860 y 1940, la Iglesia católica organizó campañas contra el vudú, pero sin éxito alguno. En 1949, algunos elementos de la Iglesia católica emprendieron una guerra santa total contra el vudú, llegando a quemar peristiles y a golpear y matar a houngans y mambos, exigiendo a la sociedad salir de su ostracismo. Pero apenas tuvo el efecto deseado. El vudú quedó hasta cierto punto relegado a prácticas secretas, pero su popularidad creció, quizá debido a la misma opresión. A principio de los cincuenta la Iglesia católica paró la guerra e hizo las paces con el vudú, llegando a asimilar alguna de sus prácticas, como la de los tambores y los cánticos. Desde entonces, las relaciones entre los católicos y los serviteurs han sido apacibles.
La Pintura
Haití puede ser un gran descubrimiento para el amante de la pintura. Sus folletos turísticos afirman que muchas vocaciones de coleccionistas de artes han comenzado en este país. Ciertamente, la pintura en Haití se convierte casi en un arte de vivir, invadiendo aceras, paredes y casas. Por todas partes le ofrecerán cuadros. Serán más o menos buenos pero, sabiendo escoger, (los hay de todos los precios), se pueden descubrir auténticos tesoros.
Para asegurarse, lo mejor es visitar alguna de las galerías bien instaladas. En Puerto Príncipe, Cabo Haitiano o Jacmel, hay vendedores de arte que han seleccionado lo mejor. Si se es curioso, las calles ofrecen todas las oportunidades. Muchos aficionados al arte han encontrado obras maestras tanto en las galerías o en las calles como en los mercados. Es cuestión de olfato... y suerte.
El primer lugar a visitar es el Centro de Arte en Puerto Príncipe, donde empezó todo. Una especie de "Quattrocento" del Caribe. A principios de los años cuarenta, un joven profesor norteamericano, Dewitt Peters, sucumbió al encanto de Haití. Maravillado por la vitalidad y frescura de la pintura naif, decidió fundar un lugar donde los pintores pudieran exponer sus obras. Fue el Centro de Arte, que pronto atraería a los coleccionistas del mundo entero. Una ola de creadores invadió Puerto Príncipe, haciendo la pintura naif de Haití su entrada en la escena cultural internacional. Este estilo pictórico surge en el siglo XIX como una manifestación sincrética de las propuestas francesas y los estilos populares, especialmente los aportados por la cultura de la raza negra. Ya durante el siglo XX este estilo comienza a perfilarse como propiamente haitiano, destacando en las pinturas los motivos indígenas y nacionales, con vivos colores y escenas costumbristas.
También puede descubrirse en el país una pintura erudita de gran calidad. Los jóvenes pintores modernos surgen exitosos en el mundo del arte contemporáneo, y la pintura haitiana está representada hoy día en los mejores museos de Estados Unidos y Europa, y en algunas prestigiosas colecciones privadas.
Existen numerosas galerías de arte, entre las que destacan la Nader Art Gallery y la Galerie Marassa. En Pétionville, la Nader Art Gallery lleva desde 1958 promocionando el arte pictórico haitiano en todo el mundo, y sus piezas han sido expuestas en museos de todo el mundo, incluyendo la Galerie Nationale du Grand Palais en París, el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, la Galería Bunkamura en Tokio, la Galería Oas en Washington y el Centro de Arte de Maracaibo en Venezuela, entre otros. La galería ofrece una amplia selección de arte haitiano naif, primitivo y contemporáneo en una nueva sala de 450 metros cuadrados. Se celebran exposiciones cada mes, y el coleccionista puede disfrutar en ella de la mayor colección de arte haitiano en el mundo. También en Pétionville, Galerie Marassa ha exhibido sus obras en más de 50 museos alrededor del mundo. Esta galería se ha especializado en la promoción de los jóvenes talentos del arte haitiano. Entre las figuras de la galería se encuentran Philippe Dodard, Gesner Armand, Tiga, Edouard Duval, Sacha Tébo, Levoy Exil y otros muchos. Sus colecciones incluyen pinturas, esculturas, artesanía y accesorios.
Música
Tras la pintura, la música es la segunda manifestación cultural de la isla (como en la República Dominicana), y también la que mayor repercusión ha tenido fuera de sus fronteras.
Sobre los orígenes del merengue existen diversas teorías. Se supone que es un ritmo mestizo, que tiene su origen en la fusión de las músicas africanas y el pasodoble español. Nació entre 1844 y 1850, y sus comienzos fueron difíciles, ya que se consideraba un ritmo vulgar al que se añadían letras malsonantes. El merengue es un ritmo vibrante y rápido que invita a la danza de forma libre y al que es casi imposible no sucumbir.
Los instrumentos más típicos del merengue son el acordeón, la güira y la tambora. La güira es una especie de rallador de latón en forma de cilindro hueco, que al frotarse con un rascador emite un sonido "zumbador" acompasado. Tiene sus orígenes en el areito, una serie de melodías y canciones de los antiguos aborígenes de las Antillas. Por otro lado, la tambora debe su particular sonido a la piel de chivo con que se fabrica. El merengue se compone de tres partes: un breve paseo y dos movimientos de ocho figuras; la primera de ellas se realiza a través de una melodía pausada y lenta, mientras que en la segunda y tercera partes la música crece en ritmo, velocidad e intensidad.
Pero el merengue no es el único baile de la isla, sino tan sólo el más popular. Además de él existen muchos otros ritmos, como el de la salsa.