En la provincia de Huesca constituyen una buena adquisición los productos gastronómicos. Las tortetas, la longaniza, etc. se venden envasados al vacío y preparados para el viaje. Los dulces y los frutos del bosque son productos de la tierra que se pueden llevar.
Además, los objetos de artesanía pueden ser un original recuerdo. La cerámica de Naval, de color marrón y vidriada y con puntos amarillos, las tallas de madera o los trabajos en cuero...
Vinos de Huesca Los vinos más famosos de la provincia son los englobados en la Denominación de Origen Somontano. Las vides de las que se extraen estos vinos se cultivan en los campos situados a los pies de la sierra de Guara, entre los ríos Vero, Alcanadre y Cinca. Las pocas precipitaciones y la aridez de los suelos las hace especialmente adecuadas para el cultivo de la vid.
Las variedades tradicionales para la obtención de tintos son la Moristel -autóctona-, la Tempranillo, la Garnacha y la Parraleta -también autóctona-. Para elaborar vinos blancos se cultivan la uva Macabeo, la Garnacha blanca y la Alcañón -variedad autóctona-. Además se han introducido variedades como la pint noir, cabernet-sauvignon y merlot en los tintos y Gewürztraminer y chardonnay en las blancas.
Las técnicas más avanzadas tanto en las selección como en la elaboración y las bodegas hacen que este vino tradicional se haya convertido en un vino de una gran calidad. El Somontano es un vino muy apreciado que ha sabido adaptarse a las nuevas demandas de personalidad y modernidad.
Además del vino, en la provincia se elaboran distintas bebidas alcohólicas como el pacharán que se destila en los Pirineos o los licores de Colungo, entre los cuales el más famoso es el anís.