Como numerosos países de culturas milenarias, de todas las tradiciones profundas y más desconcertantes , la India genera en el turista sentimientos encontrados de belleza , admiración, comodidad y lujo y al tiempo que no se comprenden las contradicciones propias de su cultura, la miseria que flota en algunas regiones y creencias y sus abigarradas calles y ese desapego a lo material que choca extraordinariamente con los lujos perpetuados en palacios y construcciones .
La religión en la India mantiene un papel importante en el que más que un culto, y su impacto social es algo muy propio de la India, en el que se entremezclan todos los aspectos principales de la vida cotidiana hasta un punto en que difícilmente se puede delimitar la frontera entre religión y vida. Entender lo anterior antes de comenzar el viaje será la mejor manera de descubrir y acercarse a la cultura y las tradiciones de India.
El increíble mosaico de razas, culturas y religiones profundamente sentidas que conviven y conforman el país es otro elemento muy privilegiado que marca el carácter de la gente indio . Negros, blancos, amarillos ,morenos, budistas, rojizos, musulmanes, cristianos, sijs, jainistas y muchos más, actualmente componen una sociedad de gran variabilidad de la diversidad lingüística con cerca de 15 áreas lingüísticas distintas según las regiones geográficas a lo largo de todo India. Sin embargo, amabilidad , cordialidad, y simpatía son comunes a todos los indios que transmiten a los viajeros su concepto de vida armoniosa a través de un fascinante calor humano.
Probablemente la mayor paradoja de la India es que se trata de una sociedad altamente tecnificado que, sin embargo, sigue apegado a las costumbres muy arraigadas y tradicionales. En las ciudades las mujeres ocuparon los más altos cargos políticos como Indira Gandhi o trabajar en profesiones liberales , en bancos y en industrias ; sin embargo, en las zonas rurales su situación sigue siendo precaria. Aún se asfixian niñas al nacer ante la imposibilidad de pagar la dote a su futuro marido y todavía se puede ver la inmolación de viudas jóvenes en piras funerarias al morir su marido por no poder pagar la “deuda” contraída en la dote de la familia del cónyuge.