En el año 43, Gran Bretaña, entonces habitada por pueblos celtas, sufrió la invasión romana rechazada con dureza por los Pictos y Escotos, tribus de Caledonia, la Alta Escocia.
En el siglo V ante el ataque de los Caledonios, los Britanos pidieron ayuda a sus aliados anglos y sajones que acabaron traicionándolos y formando siete reinos independientes en el sur del país. Cruentas luchas pusieron fin a estos reinos que acabaron fundiéndose en uno solo dirigido por Alfredo el Grande en el siglo IX. En 1606 los normandos conquistan la isla, siendo ésta la última invasión sufrida por este país.
Eduardo III “El Confesor” consigue restablecer la monarquía anglosajona. En el siglo XII reinará el famoso Ricardo “Corazón de León”.
En 1430 tendrá lugar la Guerra de las Dos Rosas que enfrentará a las casas de York, Rosa Blanca, y Lancaster, Rosa Encarnada, triunfando esta última con el nombramiento de Enrique VII como monarca absoluto.
Enrique VIII romperá las relaciones del país con la Iglesia Católica de Roma pasando a abrazar las ideas de la Reforma y creando la Iglesia Anglicana. En 1558, su hija Isabel I subirá al trono y conseguirá la anexión de Escocia.
En 1642 Cromwell inicia una cruenta guerra civil que finalizará, siete años más tarde, con la proclamación de la República de Inglaterra.
Desde el siglo XVIII Gran Bretaña ha estado presente en todos los acontecimientos mundiales de importancia siendo pionera en el siglo siguiente de la industrialización. Tras las dos Guerras Mundiales, en 1952 Isabel II sube al trono, prolongándose su reinado hasta nuestros días.