Un transbordador deja al viajero en el extremo sur de la isleta de Armona, en la que una sucesión de chalets y cabañas producen un pintoresco pueblo, lleno además de bares y restaurantes, siempre animados por la presencia de turistas nacionales y foráneos. No hay que andar mucho en la isleta para encontrar extensísimas playas de fina arena y aspecto casi virgen. No hay alojamiento, por lo que l ...