Las danzas son sugestivas y sensuales, según la tradición son una ofrenda al dios de la fertilidad, Tangora.
La arquitectura popular se deja ver en las viviendas que siguen la tradición autóctona, muy pocas por cierto, que utilizaban materiales naturales.
Queda bien poco de la artesanía popular de las islas pues los misioneros hicieron desaparecer las viejas formas de artesanía polinesia, aunque quedan algunas en los museos europeos. Sobresalen las tallas de madera que representan dioses, entre ellos a los de los pescadores.