Las tradiciones culinarias de Oriente, Occidente y África están presentes en las cocinas de los hogares y restaurantes de Johanesburgo. La tradición culinaria malaya es la que mejor representa la gastronomía local. En ella están siempre presentes las especies como chiles, canela, clavo y nuez moscada. Se utilizan para sazonar deliciosos platos como el Crayfish (sopa de langosta), el Breyani (guiso de langosta), el Akni de mariscos, plato parecido a la paella, el Akni de pollo o el Boboti, preparado con carne de ternera o cordero con duraznos, albaricoques y pasas. El bocadillo entre comidas más solicitado es Samoosas, de oirgen indio, una especie de empanadilla frita rellena de carne, pescado o verdura. Los pescados más utilizados para la elaboración de los platos típicos sudafricanos son las truchas y los pescados blancos como Yellowtail y kingklip. La carne da antílope, las chuletas de venado o el estofado de conejo o de avestruz y el Sosatie (carne de cordero o cerdo pinchada con fruta seca) son los platos de carne preferidos de los sudafricanos. En la actualidad se pueden probar en algunos lugares de la ciudad platos exóticos y atrevidos que forman parte de la antigua tradición gastronómica africana como la Masonja (gusano mopani), el Tshuku (termitas fritas), Xi Fu Fu Nu Nu (larvas de escarabajo tostado) oa Sternatora (puré de patatas silvestres). En cuanto a los postres hay que destacar el Nyoshi, el Grewia (té de hierba) y Xi Mongolwani (miel de abeja Mukatsani). La mayoría de estos deliciosos platos están acompañados por los vinos del país, en concreto por los caldos de la región del Cabo, ya sean secos, tintos, blancos o dulces. Entre ellos hay que destacar: Colombard, Chardonay, Setein, Riesling, Cape Riesling, Weisser Riesling, Pinot Noir, Sauvignon Blanc, Chenin Blanc, Muscat D´Alexandrie, Merlot, así como los vinos de postre como el oporto y el jerez.