Kansas es un verdadero pupurrí de diversas culturas étnicas y su arte da prueba de ello. Existe una increible mezcla tradiciones de gentes que emigraron de países europeos como Irlanda, Suecia y Alemania, a la que se une la herencia de los indios nativos americanos y la curiosa cultura de los mennonitas que llegaron de Rusia. Y cada identidad cuenta con sus propias fiestas y manifestaciones artísticas. Sus museos poseen interesantes colecciones de artesanía, obras de pintores locales y hay también algunos con importantes piezas de arte contemporáneo mundial. En lo que se refiere a edificios históricos, en Kansas predomina el estilo neoclásico que tanto se utilizó en América en el siglo XIX para levantar monumentales construcciones, aunque no podemos olvidarnos de las granjas y casas populares donde habitaron y siguen haciéndolo en algunos casos, las gentes que trabajaron en el `Granero del País`.