Kenia ha sido conocida, hasta hace poco por los antropólogos, como la "Cuna de la Humanidad" ya que en este país es donde se han encontrado los restos de nuestros primitivos antepasados, concretamente los homínidos de hace entre dos y cinco millones de años de antigüedad.
Se estima que hace 2.000 años se iniciaron una serie de migraciones de pueblos nómadas procedentes del sur de Etiopía. Ya en el año 500 a.C. se produjeron nuevas movilizaciones de africanos. Esta afluencia de gentes tan diversas ha provocado que Kenia albergue a pobladores originales de prácticamente la totalidad de los países de este continente.
La llegada de los Árabes y Persas a Kenia
A partir del siglo VIII comenzaron a llegar a las costas de Kenia comerciantes árabes y persas que terminarían fundando prósperos puertos comerciales. Estos primeros visitantes árabes formaron ciudades-estado árabe-swahilis. La cultura swahili nace de la unión entre árabes y africanas. Esta fuerte influencia se prolongó hasta el siglo XVI, cuando los primeros portugueses hicieron acto de presencia, poco después de que Vasco de Gama doblara el Cabo de Buena Esperanza en 1498.
Las Dinastías Omaníes
Su control se extendió hasta la llegada de alemanes y británicos en el siglo XIX, y nominalmente hasta la independencia en 1963. Poseían la misma religión que los swahilis, aunque éstos les veían como a sus anteriores colonizadores portugueses. Hubo numerosas disputas. Por esta razón el sultán Said de Omán acabó enviando a la armada para sofocar los disturbios en Mombasa, Paté y Pemba. Obligó a cultivar clavo en el centro neurálgico de los Omaníes: Zanzíbar y llevó a cabo el comercio con esclavos, café y azúcar procedente de las islas Mauricio y Reunión.
A pesar del poder de las armas de los árabes algunas tribus se sublevaron contra los traficantes de esclavos.
La llegada de alemanes y británicos a Kenia
A partir de 1880 se inicia la expansión europea por África, sobre todo alemanes y británicos. En un principio el Imperio Británico tomó parte en algunos altercados como el caso de la masacre de 400 bagenya a manos de traficantes en Nyangwe. A base de diplomacia y dureza se exigió al sultán Barghash de Zanzíbar a firmar un tratado que prohibía el comercio de esclavos en 1873.
Los alemanes se estaban extendiendo hacia Tanganika (actual Tanzania). Junto con los británicos se llegó al acuerdo de ceder una franja de 16 Km de costa keniata al sultán, pero protegido bajo protectorado británico. Este acuerdo finalizó cuando el último sultán de Zanzíbar devolvió el terreno durante la independencia al nuevo gobierno.
Los británicos hacen de Kenia una de sus colonias, a pesar de la fuerte oposición de los valerosos masais y de los kikuyus que serían sofocados definitivamente a finales del XIX y principios del XX, forzando a estas tribus a abandonar sus tierras y vivir en reservas al sur del país. Desde ese momento los ingleses consuman la ocupación con la construcción de grandes granjas y una línea ferroviaria ( serpiente de hierro como la definían las tribus guerreras) que recorría todo el país. También fundan Nairobi que pasó a ser sede de la Administración.
La Independencia de Kenia
Alemanes y británicos trasladan a África la Primera Guerra Mundial combatiendo en este continente y sirviéndose de la pericia de los nativos para esta guerra. Al finalizar la guerra Tanganika, el África Oriental Alemana, pasa a manos británicas. Después de este conflicto bélico, ante la alienación de la población indígena, comienzan a florecer los movimientos independentistas. Los kikuyus se organizan e inician las protestas con Harry Thuku como líder que tras ser encarcelado y, posteriormente liberado por los británicos, es sustituido por Jomo Kenyatta que conseguiría ser el primer presidente de Kenia.
Después de la Segunda Guerra Mundial se agudizan los enfrentamientos entre los colonos y la población local. Nace un partido político con los kikuyus como máximos promotores y los más radicales, agrupados bajo el nombre de Mau-Mau comienzan a atentar contra las granjas y las plantaciones, causando verdaderas matanzas. Esta revuelta es sofocada duramente por el ejército británico en 1959 pero la situación origina la sensación de que Kenia no podía seguir gobernada por los blancos y muchos colonos abandonan el país. La solución era una: Kenia multiétnica y la contraseña Uhuru, independencia.
La administración colonial se plantea la convocatoria de elecciones democráticas en la Conferencia de Lancaster celebrada en 1960 en Londres. En 1963 se celebran las primeras elecciones libres del país con dos partidos importantes, el KANU, Unión Nacional Africana de Kenia, partidario de un gobierno unitario y el KADU, que prefería el federalismo. La victoria del KANU supone la independencia de Kenia, dentro del ámbito de la Commonwealth, y la conversión del país en una República en 1964 con Jomo Kenyatta como presidente. Con este paso se logra que la convivencia entre nativos y europeos sea pacífica y muchos blancos continúan residiendo en el país ocupando, sobre todo, puestos administrativos.
El gobierno keniata tiene que afrontar una economía débil con la reforma agraria como principal asignatura pendiente. Se parcelan las grandes propiedades consiguiendo que las pequeñas parcelas comiencen a producir ganancias pero, el gran reto, la industrialización, sigue pendiente. El gobierno, encabezado por kikuyus, comienza a ser criticado, especialmente por sus rivales, los luos que pedían una participación más amplia. Surgen las denuncias de corrupción y los asesinatos de líderes populares como Tom Mbaya en 1969 y Kariuki en 1975, pero Kenyatta se aferra al poder llegando a convertirse en un verdadero dictador.
A su muerte en 1978 se inicia la "Harambee" ("tirar juntos"). Los luos consiguen participación en el gobierno pero las pequeñas tribus no se sienten representadas aunque el nuevo presidente, Daniel Arap Moi, perteneciera a una de ellas, los kalejin. El nuevo gobierno inicia una lucha contra la corrupción y una mejora de las relaciones internacionales.
En 1983 es de nuevo reelegido invitando a los electores a designar para el Parlamento a personas de probada integridad. En 1987 reforma la Constitución y en 1991, aún en el cargo, abole la disposición que consagraba el sistema de partido único.
Moi vuelve a ganar las elecciones presidenciales de 1992 y 1997. La limitación de mandatos establecida en la constitución impide que Moi se presente a las elecciones en 2002. Ante esta situación decide apoyar a su sucesor Uhuru Kenyatta, hijo de Jomo Kenyatta. Sin embargo, la National Rainbow Coalition (Narc, Coalición Nacional del Arco Iris), que agrupaba a doce partidos de la oposición, así como grupos religiosos, liderada por el antiguo líder político del Partido Democrático Mwai Kibaki, ganó las elecciones. Kibaki se convirtió así en el tercer presidente de Kenia.
La etapa en el poder de Kibaki ha estado inundada por los escándalos de corrupción y por los violentos enfrentamientos debidos al proyecto de nueva constitución promovido por el presidente Kibaki, que fue rechazado en referéndum el 21 de noviembre de 2005. Año i ncómodo para el presidente ante las quejas por la crisis de la vivienda, el encarecimiento de la vida, las huelgas de la Administración pública, en las que miles de funcionarios fueron despedidos por manifestarse por los sueldos y las condiciones de trabajo. El miedo a que los políticos estén guardando dinero antes de perder sus escaños lleva a Kenia a la incertidumbre. En diciembre de 2007 tienen lugar las elecciones generales.