Un cuantioso patrimonio monumental y una mezcla de costumbres de las diversas comarcas leonesas es lo que ofrece esta extensa provincia. Impresionantes templos góticos y no tanto románicos, museos que albergan los vestigios históricos de la región y castillos de señores poderosos rodean casas serviles de gentes de la Maragatería, el Bierzo, los Ancares y los Picos de Europa leoneses.
Envidia no guarda la "Pulchra Leonina" a la catedral de Burgos. La Seo de León es joya ejemplar del gótico español. Además, su interés como conjunto arquitectónico se ve acrecentado por sus incomparables vidrieras que adornan óculos, rosas y ventanales. Pero muestras del románico también hallamos en León: los frescos del Panteón de Los Reyes en la Colegiata de San Isidoro constituyen una de los mejores exponentes de la pintura de este estilo. Y este arte, en escultura, está magníficamente representado en una sala del Museo Catedralicio Diocesano donde se exhibe un centenar de tallas. Buena parte de la historia de la provincia aparece representada en el Museo de León.
Pero León fue antaño suelo de mozárabes y por suerte aún quedan vestigios de este arte. Uno de los mejores ejemplos es el monasterio de San Miguel de Escalada en la localidad de Mansilla de Las Mulas.
Pruebas de que León fue tierra de señores que tenían que protegerse de enemigos foráneos las encontramos en los castillos de Corullón, Grajal de Campos, Ponferrada, Valencia de Don Juan y Villafranca del Bierzo. Y entre la grandiosidad de estas fortalezas quedan también resquicios del hábitat de las gentes sencillas: aún tenemos la oportunidad de contemplar en los valles leoneses próximos a Asturias y Cantabria hórreos y pallozas.
Gentes de distinto origen y con muy diferentes costumbres son las que habitan en la provincia de León. Pero llaman la atención las tradiciones de dos comarcas: la Maragatería y los pueblos de los Picos de Europa leoneses.
Las tierras maragatas han sido pobladas desde tiempo inmemorial por una curiosa minoría étnica, los maragatos, sobre cuyo origen han circulado hipótesis diversas y aún contradictorias. Muchas tradiciones y hábitos ancestrales, que a la mayoría resultan extraños, se han mantenido en las pequeñas poblaciones del agro maragato. Algunos de ellos son: los rastros de paja, el complejo ritual de las bodas maragatas, el toque de parida, la Cobada o regar la placenta.
Y qué decir de las gentes leonesas de los Picos de Europa... Comparten una mitología común con cántabros y astures, donde la influencia gallega también se deja sentir. Cuentos y leyendas campesinas donde no faltan elementos paganos de remoto origen, se mezclan con viejas creencias de tradición cristiana para dar como resultado una amalgama de criaturas mágicas y fabulosas -xanas, anjanas, nuberos, ventolines, lavanderas, trasgu, cuélebre...-.