Este pequeño principado, estado número 343 del Sacro Imperio Romano Germánico, nació en 1719 por la unión de los señoríos de Schellenberg y de Vaduz, comprados en 1699 y 1712, respectivamente, por el príncipe Hans-Adam de Liechtenstein. Incorporado a la Confederación Germánica hasta 1866 y durante mucho tiempo a la sombra de Austria, Liechtenstein ha sabido salvaguardar siempre su independencia y permanecer apartado de los grandes conflictos mundiales.
Erigido en principado dentro del Sacro Imperio Romano Germánico en 1719, se constituyó en Estado soberano en 1866. Después de la Primera Guerra Mundial concretó con Suiza una unión aduanera, monetaria y postal. Tras la Segunda Guerra Mundial, el país experimentó un gran crecimiento económico, con el turismo, la industria ligera y el comercio.
La forma de gobierno es la monarquía constitucional hereditaria por línea masculina. Al igual que Suiza, Liechtenstein se unió a la Naciones Unidas en 1990, y en 1995 a la EEA, Area Económica Europea.