Los lituanos fueron rechazados por los eslavos de la región del Niemen. El unificador de los lituanos fue Mindaugas que vivió en el siglo XIII. Sus sucesores conquistaron Bielorrusia y la pequeña Rusia, y, a principios del siglo XIV, Guedimín, el fundador de Vilna, la actual capital, se hizo proclamar rey de los lituanos y de los rutenos. Su nieto Jagellón, al casarse con la heredera del trono de Polonia en 1386, inició una progresiva unión de polacos y lituanos que duró cuatro siglos. Con la división de Polonia en 1793 y 1795, la mayor parte del país pasó a depender de Rusia. Tras un corto periodo como república independiente, entre 1918 y 1940, Lituania fue ocupada por la fuerzas soviéticas, convirtiéndose en una de las repúblicas integrantes de la antigua URSS.
Hacia 1980 Lituania lideró el proceso independentista en el Báltico. El proceso fue largo y las intervenciones militares fatales, pero en 1991 consiguió su independencia. Las últimas tropas rusas dejaron Lituania en el año de 1993.