Lo más llamativo del carácter de la gente de este país es la búsqueda de una identidad propia, hartos de las invasiones extranjeras. Son amables, orgullosos, de mente abierta, hospitalarios y muy independientes. En Luxemburgo se hablan diferentes dialectos, muestra de que conviven diferentes costumbres, hábitos y tradiciones que tienen su punto de confluencia en el buen sentido del humor y en la emoción de la fiesta.