Cuando uno pregunta a los viajeros que han visitado México, de cómo son los mexicanos, las respuestas que suelen dar son variadas, extremas y difíciles de agrupar en formas y tipos. Y es que los mexicanos son el resultado de extraños y numerosos encuentros que se han sucedido en los últimos seis siglos. A la pregunta habría que responder con la célebre frase de un no menos célebre presidente: “los mexicanos no son ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”. Y es que los mexicanos pueden definirse como gente en donde se da un impresionante cuadro de paradojas y contrastes.
La razón de esta forma de ser tiene su origen en el mestizaje entre los indígenas y los primeros españoles, entre los criollos y los indígenas y entre los criollos y los españoles. En fin, es el resultado de un extraño y laberíntico encuentro. Algunos afirman que la contradicción entre las dos cosmovisiones de una parte la del indígena, con un sentido de la vida más armónico y, por la otra, la del mestizo, con un afán por reafirmarse, ha provocado el especial carácter que define muy bien esa “X” que se encuentra en el mismo centro de la palabra México.
Como bien afirmó el escritor Alfonso Reyes, es imposible acercarse a México y a los mexicanos sin antes comprender las contradicciones que esta “X” ha impuesto en la definición de la identidad de un pueblo que todavía hoy se niega a aceptar la dualidad de su origen. Y es que los mexicanos, a pesar de mostrar una fuerte cohesión y un sólido sentimiento nacionalista, aún no han resuelto las contradicciones internas derivadas del hecho de ser un país pluriétnico y pluricultural, donde se enfrentan tradiciones y costumbres atávicas con las expresiones más genuinas de la modernidad y el progreso.
En los mexicanos se encuentran con frecuencia actitudes y sentimientos “malinchistas” y machistas. Malinchistas el término proviene de Malinche,la admirable indígena que fuera intérprete de Hernán Cortés, por admirar lo ajeno y lo extranjero; y machistas por disimular complejos de inferioridad con actitudes de prepotencia. Sin embargo, los mexicanos no son así, es decir, ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Los mexicanos son gente amable pero impulsivos y violentos, según sea el caso.
Son gente abierta pero reservada, generosa pero desconfiada, poseen una visón de la vida pesimista y seria, pero a la vez son gente que afirma que la “vida no vale nada” y de ahí las alusiones en forma de broma a la figura de la muerte. Los mexicanos son todo eso y todo lo contrario.
Pero no se alarme, ya que disfrutará profundamente de su trato con los mexicanos por que son, sin ninguna contradicción, extremadamente hospitalarios. Las conductas afectuosas son muy comunes y descubrirá como se dan la mano al encontrarse y al despedirse. Le aconsejamos que sea cortés, ya que para los mexicanos la cortesía es sinónimo de educación.
Procure pedir las cosas, seguidas de un “por favor” y no olvide dar en todo momento las gracias. Acepte siempre una invitación aunque no le apetezca, ya que es preferible aceptar y no presentarse, antes que rechazarla. Y si queda citado con alguien, espere buen tiempo, ya que el reloj de los mexicanos funciona más lentamente que el resto de los relojes del mundo.
Por otro lado, le recomendamos no elogiar, excesivamente, alguna pertenencia de su interlocutor, porque podría terminar por obsequiársela y, en ese caso, tendrá que aceptarla.
En México el sentimiento de pudor es muy fuerte por lo que le aconsejamos que se comporte adecuadamente. En muchos sitios, sobre todo en las zonas que no tienen playas, no están muy bien vistos los pantalones cortos en los hombres. Evite entrar con ellos en los templos. El bañador está bien visto en las playas, pero no fuera de ellas.
Los mexicanos profesan un profundo sentimiento religioso y le recomendamos que evite entrar en discusiones sobre este tema. Al contrario, es preferible interesarse e intentar descifrar las raíces de esa experiencia, que tiene su base en los ancestrales cultos de los indígenas.
Le recordamos que en México habitan cerca de 56 etnias, entre las que se encuentran los chinantecos, huastecos, huicholes, tarahumaras, lacandones, mayas, mazahuas, mazatecos, mixtecos, otomíes, pimas, tzeltales, tzotziles, yaquis, zapotecos, chichimecas, chinatecos, nahuas, etc. Le invitamos a que descubra este precioso mosaico de culturas, tradiciones y costumbres en donde conviven numerosos universos que, inevitablemente, acabarán por cautivarlo.