El Palacio Real, también conocido como Dar el-Makhzen, es la residencia oficial de Hassan II, siendo uno de los palacios más grandes del país de origen almohade, cuando se traslado a Marrakech y se encuentra junto al Palacio Badi. Fue construido en 1747 en el sitio de la kasba almohade, por orden del Sultán Sidi Mohamed Ben Abdallah y sufrió cambios por los saadianos en el siglo 16 y los alauitas en el siglo 17. El palacio está embellecido por las dinastías reales que ocuparon el palacio durante la posteridad.
El palacio no está abierto al público, es posible visitar solamente el patio de armas llamado El Mechouar donde los turistas pueden disfrutar de sus jardines mientras pasean en el lugar para observar el conjunto desde fuera.
Tiene unos jardines de varias hectáreas, explanadas, y salas de recepción para dignatarios extranjeros.
El palacio se encuentra localizado en el antiguo barrio judío de la ciudad, muy próximo a Place des Ferblantiers donde se recomienda tomar taxis desde Jemaa el Fna.
Tras los muros se encuentra ubicada una auténtica ciudad, con numerosos jardines y patios y en la entrada hay una antigua polea fijada al techo y en el recinto se pueden encontrar dos mezquitas, edificios variopintos y el palacio cuenta además con un cementerio, una sinagoga, un mercado y grandes habitaciones decoradas al estilo europeo con techos inusualmente de altos pintados de zellige y cedro.
Por lo regular la familia real reside normalmente en la capital, Rabat, pero a la hora de recibir delegaciones de otros países, la ciudad que prefieren presumir es Marrakech. Esto podría ser debido a que la extrema pobreza de una parte importante de la población en el país es sumamente muy notoria. Sin embargo en Marrakech es menos visible que en otros lugares. Ya que si bien también es visible no se ve tanto como en otros lugares. El palacio se encuentra sumamente vigilado por varios cuerpos de la guardia real marroquí, por lo que nunca se deben de hacer bromas sobre el rey de este país.
Dentro del recinto también se pueden encontrar dos mezquitas.
Un visitante a mediados de los años ochenta describió la sala de recepción que estaba "llena de grandes sillones victorianos cubiertos de blanco y oro".