15 extraordinarias películas rodadas en Marruecos
Marruecos es un país lleno de cultura y belleza, lo que lo convierte en un destino popular para cineastas de todo el mundo. Desde impresionantes paisaje... Leer más
Cultura de Marruecos
Los amantes de la cultura y de la arqueología disponen de numerosos museos y enclaves arqueológicos. Los más destacados son: el Museo de Artes Marroquíes en Tánger, Museo Dar Jamaï en Meknés, Museo Arqueológico de Tetuán, Museo Dar Batha en Fez, Museo Arqueológico de Rabat, Museo Dar Si Saïd en Marrakech o los vestigios arqueológicos de Lixus, Larache, Cotta, Volubilis y las asombrosas maravillas rupestres de Tamegoul ,Tarraga, Merkala, Taourirt, Taous, Erfudy la más fabulosa , Foum el Hassam, entre otros.
El sector de arquitectura en Marruecos
Las impresionantes construcciones de marruecos se pueden dividir en aquellas que tienen un carácter religioso, como mezquitas, madrazas y minaretes ; y civiles, como murallas , medinas, viviendas y puertas.
Las mezquitas son lugares de culto muy particulares de los musulmanes. Al entrar se llega a descubrir un gran patio porticado con una fuente de abluciones desde el que se puede acceder al haram, la cual es la sala de rezos principal donde está el mihrab, la hornacina cavada en el muro de la mezquita orientado perpendicularmente hacia La Meca y que indica la dirección en la que se debe rezar. A su izquierda se sitúa el mimbar. Todo ello suele estar decorado con fabulosos dibujos o tallas florales y geométricas.
Los minaretes o alminares son elevadas torres con las cuales cuentan las mezquitas desde las que los muecines llaman a la oración. Su forma es cuadrada aunque existen algunos pilares cilíndricos coronados por una cúpula. Su decoración cuenta de las ventanas a diversas alturas, con distintos motivos florales y geométricos o tallados en piedra o en mosaicos de vivos colores.
Las madrazas son los centros donde se imparten las enseñanzas coránicas entre otras materias además de ser el lugar donde se alojan los estudiantes. Las madrazas tienen un patio central con una fuente para hacer las abluciones donde están ubicadas las habitaciones de los estudiantes y como peculiaridad típicamente marroquí destaca la sala de rezo y el haram.
Las medinas son ciudades árabes destacadas por su curioso trazado laberíntico de callejuelas intrincadas en donde se mezclan viviendas de varias alturas con plazas, mezquitas, jardines, fuentes y mercados ofreciendo un espectáculo increíble único a nivel mundial.
Las puertas y las murallas son elementos muy importantes en la arquitectura marroquí. Las puertas cuentan con un arco de herradura y, a veces, con un medio punto, bien decoradas con motivos originales de escritura cursiva, merlones, conchas, motivos florales o geométricos, molduras ovaladas y hermosos mosaicos de vivos colores.
En las viviendas de Marruecos se pueden encontrar las típicas puertas estrechas y pequeñas las cuales se abren hacia el interior con un patio que suele tener en su centro una fuente además de hermosas habitaciones y terrazas con una sala de reunión en la vecindad al atardecer.
La arquitectura bereber: las impresionantes construcciones de adobe se destacan en las majestuosas kasbahs, los cuales eran varios pueblos fortificados en los oasis. Además de varias construcciones en las tiendas que utilizaban los pastores nómadas durante la trashumancia del ganado.
RUTA DE LAS KASBAHS: Las majestuosas fortalezas de origen bereber de color arena y sus ciudadelas construidas en adobe, aguardan cubiertas por la arena, conservando la gran esencia de la cultura bereber con hombres vestidos de guerreros mientras acogen con agrado a los turistas que las admiran en silencio sobrecogidos ante su grandeza.
La aventura comienza en Ouarzazate, en el mismo cruce de los caminos que llevan a los valles del Drâa, del Ziz y del Dadés, con la vista panorámica de las dos primeras kasbahs, la de Taourirt y la otra de Aït Benhaddou.
La Kasbah de Aït Benhaddou, situada a 50 kilómetros de Ouarzazate, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987. Es una construcción de arena bordeada por almendros en flor que ha servido de escenario para realización de grandes películas como Lawrence de Arabia, Gladiador, o Té en el Sahara, debido a su extraordinaria belleza.
La Literatura en Marruecos
Marruecos tiene una nutrida literatura que ha conseguido deleitar a diversos lectores de todo el mundo. Ilyas al Omari en el siglo XIV o Abdel salam NId Bram son tan solo una muestra. En los últimos tiempos destacan Mohammad Kheir-Eddin con su primera novela “Agadir”, los poemas de Mohammed Ben Brahim el-Marrakchi, Ahmed Sefroui y su novela El Rosario de Ámbar, la novela “Sueños en el Umbral” de Fátima Merlnisi y Tahar Ben Jelloun con la novela El Niño de la Arena.
La literatura marroquí se caracteriza por dos rasgos fundamentales. Por una parte, es una literatura bilingüe expresada en árabe y francés; el español se utilizó solo hasta la mitad del siglo XX, y por otra parte fue una literatura que solo sobrevivió durante tres distintos períodos : la etapa de nacimiento y sus inicios (1905-1939) , sobre todo con distintas obras de teatro y poesía, además de otras obras narrativas muy escasas; la etapa de la institución literaria antes de la Independencia (1940-1950) que representa una ebullición política y cultural e incluye las incipientes obras y sus autobiografías; y por último la etapa de moderna a partir del año de 1956, año de la Independencia hasta el presente y en el cual se plantea una crisis creacional con exigencias nacionales y una gran lucha entre orientalización y occidentalización .
Alfarería y cerámica de Marruecos
Entre lo que es la artesanía marroquí destaca especialmente la alfarería, los bordados, la joyería , el tejido de alfombras, el trabajo en cuero, la cestería y los objetos de madera y cobre .
Las mejores zonas de alfarería se encuentran en Fez y en Safi. Especialmente Fez la cual se considera una ciudad pionera en este ramo, también se trabaja la cerámica de color azul, mientras que Safi, la heredera natural del buen hacer de Fez, predominan los colores marrón, amarillo y verde.
En algunas ciudades como Marrakech, Rabat, Azemmur, Meknés y Tarudant abundan las muestras en tosco barro esmaltado o vidriado, cada región produce un tipo específico de cerámica, realizando dos tipos de producciones: las puramente ornamentales y otras que tienen un fin utilitario, ya sea para la conservación de alimentos o transporte. Suelen estar bien decoradas con figuras simbólicas o geométricas.
Textiles
Existen distintas alfombras las cuales son definidas por su trama y el número de nudos .Son las más populares, sobre todo las fabricadas en Rabat, en las que hay un predominio del rojo y de figuras de influencia oriental.
Las denominadas alfombras bereberes o campesinas, con motivos geométricos, son más toscas pero de mayor colorido. Entre sus categorías destacan las del Medio Atlas, bien sean las de fondo blanco o las de fondo coloreado de Meknés y figuras oscuras de Taza; las del Alto Atlas, de fina constitución; y las del Este del país, de tonos verdes y azules sobre fondos oscuros.
En algunas ciudades como Meknés, Tetuán, Fez, Azemmur, Rabat, Salé y Xaouén, se han desarrollado a lo largo del tiempo varias técnicas de bordados, con arreglo a diversas influencias, cuyos productos, sin embargo, tienen varios motivos así como la gran riqueza de sus colores.
La ciudad de Fez está especializada en los bordados de seda sobre algodón y lino y en los trabajos con velos de satén e hilos de oro. En Rabat predominan la influencia de la herencia cultural de Al Ándalus, mientras que Meknés es más popular por sus bordados en suaves colores.
La ciudad de Salé destaca por los diseños y las formas de sus motivos y la ciudad de Azemmur por los coloridos bordados que sirven de adornos en sus cortinas.
Tatuajes
Las mujeres bereberes de todas las edades han adornado durante siglos sus rostros y manos con bellos dibujos tatuados de aguja o dibujos efímeros con harqus. En sus orígenes, estos tatuajes servían amuletos mágicos, actualmente es simplemente una decoración y se suelen tatuar las manos, cuello, cara o pies con motivo de fiestas especiales.
Las cuatro grandes ciudades imperiales son Fez, Marrakech, Meknés y Rabat las cuales han compartido el tener este gran honor.
El circuito de 1.047 km suele tomar 8 días, y puede realizarse en autocar o automóvil (el paisaje merece la pena y las carreteras se encuentran en un buen estado), en tren, o volando de una ciudad a otra.
CIUDADES IMPERIALES: RABAT, MEQUÍNEZ, FEZ Y MARRAKECH
Las cuatro grandes ciudades imperiales son Fez, Marrakech, Meknés y Rabat las cuales han compartido, por turnos, este gran honor.
El circuito de 1.047 km suele tomar 8 días, y puede realizarse en autocar o automóvil (el paisaje merece la pena y las carreteras se encuentran en buen estado), en tren, o volando de una ciudad a otra.
Los puestos de los guías oficiales del Ministerio de Turismo, suelen encontrarse a las puertas de los principales hoteles, en las dependencias oficiales y en las delegaciones del ministerio, en donde se podrán obtener las mejores recomendaciones
Arquitectura en Marruecos En arquitectura las impresionantes construcciones marroquíes se pueden dividir en aquellas que tienen un carácter religioso, como mezquitas, minaretes y madrasas; y civiles, como medinas, murallas, puertas y viviendas.
Las mezquitas son los lugares de culto de los musulmanes. Al entrar se descubre un patio porticado con una fuente para las abluciones desde el que se puede acceder al haram, sala de rezos principal donde se encuentra el mihrab, la hornacina cavada en el muro que se encuentra orientado hacia La Meca y que indica la dirección en la que se debe rezar. A su izquierda se levanta el minbar, la cátedra desde la que predica el imán en la oración de los viernes. Todo ello suele estar decorado con hermosos dibujos o tallas geométricas y florales.
Los minaretes son las elevadas torres que se levantan en las mezquitas desde las que los muecines llaman a la oración. Su forma es normalmente cuadrada aunque existen también algunos cilíndricos y suele estar coronado por una cúpula. Su hermosa decoración cuenta, además de las ventanas a varias alturas, con distintos motivos geométricos o florales tallados en piedra o en fascinantes mosaicos de vivos colores.
Las madrasas son los lugares donde se imparten las enseñanzas religiosas además de otras materias y también son el lugar donde habitan los estudiantes. Las madrasas cuentan con un patio central con una fuente para las abluciones del que salen distintas galerías donde están situadas las habitaciones de los estudiantes y como peculiaridad típicamente marroquí destaca el haram, la sala de grandes proporciones que se usa tanto para el rezo como para impartir las clases.
Las medinas, ciudades árabes por excelencia, destacan por su curioso trazado de callejuelas intrincadas en donde se mezclan viviendas de varias alturas con mezquitas, plazas, jardines, mercados y fuentes, ofreciendo un espectáculo único en el mundo.
Las puertas y murallas son elementos imprescindibles en la arquitectura marroquí. Las primeras cuentan con el hermoso arco de herradura y, a veces, con el de medio punto, bellamente decorados con motivos originales como merlones, escritura cursiva, conchas, motivos geométricos o florales, molduras ovaladas e, imprescindibles, los maravillosos mosaicos de vivos colores.
Las viviendas no llaman la atención desde el exterior, sin embargo, cuando se atraviesa la puerta un nuevo mundo se abre hacia el interior con un patio que suele tener en su centro una fuente y agradables habitaciones y terrazas, punto de reunión con la vecindad al atardecer.
La arquitectura berebere resulta impresionante con sus construcciones de adobe que se pueden apreciar en las kasbahs, los pueblos fortificados de los oasis. También resultan muy curiosas las tiendas que utilizan los pastores nómadas durante la trashumancia del ganado.
Literatura
Marruecos cuenta con una nutrida literatura que ha conseguido deleitar a numerosos lectores de todo el mundo. El-Omari en el siglo XIV o cuentos berebere de gran belleza como Abdessalam NId Bram son tan solo una muestra. En los últimos tiempos destacan Mohammad Kheir-Eddine con su novela “Agadir”, Ahmed Sefroui Gran Premio de Literatura de Marruecos con “El Rosario de Ámbar”, los poemas de Mohammed Ben Brahim el-Marrakchi o la fascinante novela “Sueños en el Umbral” de Fátima Merlnisi. Todos ellos acercan Marruecos a todo el mundo, sin olvidar a Tahar Ben Jelloun (Premio Goncourt 1987) con la novela “El Niño de la Arena”.
Alfarería
La artesanía marroquí ha pasado de generación en generación, de padres a hijos, con gran esmero consiguiendo piezas de gran belleza. Cabe destacar especialmente la alfarería, el tejido de alfombras, los bordados, la cestería, el trabajo en cuero, la joyería y los objetos de cobre y madera.
Sin lugar a dudas, las mejores muestras de alfarería se encuentran en Fez y en Safi. En la primera de ellas por ser pionera, se trabaja fundamentalmente la cerámica de color azul, mientras que Safi, la heredera natural de la anterior, predominan los colores marrón, verde y amarillo.
En ciudades como Azemmur, Marrakech, Meknés, Rabat y Tarudant abundan las muestras en tosco barro vidriado o esmaltado, si bien es cierto que cada región -que produce un tipo de cerámica- realiza dos tipos de producciones: las puramente ornamentales y aquellas que tienen un fin utilitario, ya sean para el transporte o la conservación de alimentos. Suelen estar decoradas con figuras geométricas o simbólicas.
Textiles
Dentro del mundo de las alfombras siempre hay que hacer distinciones. La primera de ellas es en función de su posible uso y del lugar donde se colocarán, condiciones que influyen en la dimensión y composición del producto (definido por su trama y el número de nudos). Y es que existen alfombras campesinas y de ciudad, siendo las más populares estas últimas, sobre todo las fabricadas en Rabat, en las que hay un predominio del rojo y de figuras de influencia oriental.
Las denominadas alfombras campesinas o bereberes, con motivos geométricos, son más toscas pero de mayor colorido. Entre sus categorías destacan las del Medio Atlas, bien sean las de fondo coloreado de Meknés o las de fondo blanco y figuras oscuras de Taza; las del Alto Atlas, de fina constitución; las de Marrakech, las más imaginativas; y las del Este del país, de tonos azules y verdes sobre fondos oscuros.
En el norte de Marruecos, especialmente en ciudades como Azemmur, Fez, Meknés, Rabat, Salé, Tetuán y Xaouén, se han desarrollado a lo largo del tiempo diferentes técnicas de bordados, con arreglo a distintas influencias, cuyos productos, sin embargo, tienen en común los motivos así como la riqueza de sus colores.
La ciudad de Fez está especializada en los bordados de seda sobre lino y algodón y en los trabajos con hilos de oro y velos de satén. Meknés es popular por sus bordados en suaves colores, mientras que en Rabat predominan los motivos de la herencia del Al Andalus. La ciudad de Salé destaca por las formas y diseños de sus motivos y Azemmur por los coloridos bordados que sirven de tapices o adornos para las cortinas.
Artesanía Tradicional
La cestería en Marruecos ha sido concebida para responder a las necesidades ordinarias de sus habitantes. En su fabricación se emplean materiales tales como la palmera enana, el junco y la caña para crear mobiliario de jardín, lámparas, sombreros y diversas cestas que facilitan el transporte de cuantas compras se realicen.
Los artículos en cuero de este país son muy populares entre los turistas. Sus trabajos se han sofisticado con el paso del tiempo, de forma que no es nada complicado dar con magníficos pufs, cojines, bolsos, maletas, cinturones y cazadoras. Antiguamente tan sólo se fabricaban sillas de montar, lomos para libros o babuchas.
La joyería es fundamentalmente en oro, aunque la plata y las piedras preciosas también forman parte de este antiquísimo oficio, practicado por un gremio que ha venido habitando los mismos barrios desde hace muchísimos años en ciudades como Essaouira, Fez, Marrakech, Meknés, Rabat, Salé y Tánger.
La joyería berebere rural tan sólo existe en plata. En Ouarzazate, Tazenajt y Talouin existen bonitas piezas fabricadas por estas tribus, que suelen fijar el precio en función del peso, obviando la calidad o la estética del objeto. Sus puñales curvados son ciertamente admirables.
Tatuajes
Las mujeres berebere han adornado durante siglos sus manos y rostros con bellos dibujos tatuados con una aguja o dibujados con “harqus”, pintura que se cae al escamarse siendo fácil de limpiar después de la descamación. En sus orígenes, estos tatuajes significaban la identificación a una tribu o amuletos mágicos, actualmente es simplemente una decoración y se suelen tatuar las manos, pies, cuello o cara con motivo de fiestas especiales.
El sector de arquitectura en Marruecos
Las impresionantes construcciones de marruecos se pueden dividir en aquellas que tienen un carácter religioso, como mezquitas, madrazas y minaretes ; y civiles, como murallas , medinas, viviendas y puertas.
Las mezquitas son lugares de culto muy particulares de los musulmanes. Al entrar se llega a descubrir un gran patio porticado con una fuente de abluciones desde el que se puede acceder al haram, la cual es la sala de rezos principal donde está el mihrab, la hornacina cavada en el muro de la mezquita orientado perpendicularmente hacia La Meca y que indica la dirección en la que se debe rezar. A su izquierda se sitúa el mimbar. Todo ello suele estar decorado con fabulosos dibujos o tallas florales y geométricas.
Los minaretes o alminares son elevadas torres con las cuales cuentan las mezquitas desde las que los muecines llaman a la oración. Su forma es cuadrada aunque existen algunos pilares cilíndricos coronados por una cúpula. Su decoración cuenta de las ventanas a diversas alturas, con distintos motivos florales y geométricos o tallados en piedra o en mosaicos de vivos colores.
Las madrazas son los centros donde se imparten las enseñanzas coránicas entre otras materias además de ser el lugar donde se alojan los estudiantes. Las madrazas tienen un patio central con una fuente para hacer las abluciones donde están ubicadas las habitaciones de los estudiantes y como peculiaridad típicamente marroquí destaca la sala de rezo y el haram.
Las medinas son ciudades árabes destacadas por su curioso trazado laberíntico de callejuelas intrincadas en donde se mezclan viviendas de varias alturas con plazas, mezquitas, jardines, fuentes y mercados ofreciendo un espectáculo increíble único a nivel mundial.
Las puertas y las murallas son elementos muy importantes en la arquitectura marroquí. Las puertas cuentan con un arco de herradura y, a veces, con un medio punto, bien decoradas con motivos originales de escritura cursiva, merlones, conchas, motivos florales o geométricos, molduras ovaladas y hermosos mosaicos de vivos colores.
En las viviendas de Marruecos se pueden encontrar las típicas puertas estrechas y pequeñas las cuales se abren hacia el interior con un patio que suele tener en su centro una fuente además de hermosas habitaciones y terrazas con una sala de reunión en la vecindad al atardecer.
La arquitectura bereber: las impresionantes construcciones de adobe se destacan en las majestuosas kasbahs, los cuales eran varios pueblos fortificados en los oasis. Además de varias construcciones en las tiendas que utilizaban los pastores nómadas durante la trashumancia del ganado.
RUTA DE LAS KASBAHS: Las majestuosas fortalezas de origen bereber de color arena y sus ciudadelas construidas en adobe, aguardan cubiertas por la arena, conservando la gran esencia de la cultura bereber con hombres vestidos de guerreros mientras acogen con agrado a los turistas que las admiran en silencio sobrecogidos ante su grandeza.
La aventura comienza en Ouarzazate, en el mismo cruce de los caminos que llevan a los valles del Drâa, del Ziz y del Dadés, con la vista panorámica de las dos primeras kasbahs, la de Taourirt y la otra de Aït Benhaddou.
La Kasbah de Aït Benhaddou, situada a 50 kilómetros de Ouarzazate, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987. Es una construcción de arena bordeada por almendros en flor que ha servido de escenario para realización de grandes películas como Lawrence de Arabia, Gladiador, o Té en el Sahara, debido a su extraordinaria belleza.
La Literatura en Marruecos
Marruecos tiene una nutrida literatura que ha conseguido deleitar a diversos lectores de todo el mundo. Ilyas al Omari en el siglo XIV o Abdel salam NId Bram son tan solo una muestra. En los últimos tiempos destacan Mohammad Kheir-Eddin con su primera novela “Agadir”, los poemas de Mohammed Ben Brahim el-Marrakchi, Ahmed Sefroui y su novela El Rosario de Ámbar, la novela “Sueños en el Umbral” de Fátima Merlnisi y Tahar Ben Jelloun con la novela El Niño de la Arena.
La literatura marroquí se caracteriza por dos rasgos fundamentales. Por una parte, es una literatura bilingüe expresada en árabe y francés; el español se utilizó solo hasta la mitad del siglo XX, y por otra parte fue una literatura que solo sobrevivió durante tres distintos períodos : la etapa de nacimiento y sus inicios (1905-1939) , sobre todo con distintas obras de teatro y poesía, además de otras obras narrativas muy escasas; la etapa de la institución literaria antes de la Independencia (1940-1950) que representa una ebullición política y cultural e incluye las incipientes obras y sus autobiografías; y por último la etapa de moderna a partir del año de 1956, año de la Independencia hasta el presente y en el cual se plantea una crisis creacional con exigencias nacionales y una gran lucha entre orientalización y occidentalización .
Alfarería y cerámica de Marruecos
Entre lo que es la artesanía marroquí destaca especialmente la alfarería, los bordados, la joyería , el tejido de alfombras, el trabajo en cuero, la cestería y los objetos de madera y cobre .
Las mejores zonas de alfarería se encuentran en Fez y en Safi. Especialmente Fez la cual se considera una ciudad pionera en este ramo, también se trabaja la cerámica de color azul, mientras que Safi, la heredera natural del buen hacer de Fez, predominan los colores marrón, amarillo y verde.
En algunas ciudades como Marrakech, Rabat, Azemmur, Meknés y Tarudant abundan las muestras en tosco barro esmaltado o vidriado, cada región produce un tipo específico de cerámica, realizando dos tipos de producciones: las puramente ornamentales y otras que tienen un fin utilitario, ya sea para la conservación de alimentos o transporte. Suelen estar bien decoradas con figuras simbólicas o geométricas.
Textiles
Existen distintas alfombras las cuales son definidas por su trama y el número de nudos .Son las más populares, sobre todo las fabricadas en Rabat, en las que hay un predominio del rojo y de figuras de influencia oriental.
Las denominadas alfombras bereberes o campesinas, con motivos geométricos, son más toscas pero de mayor colorido. Entre sus categorías destacan las del Medio Atlas, bien sean las de fondo blanco o las de fondo coloreado de Meknés y figuras oscuras de Taza; las del Alto Atlas, de fina constitución; y las del Este del país, de tonos verdes y azules sobre fondos oscuros.
En algunas ciudades como Meknés, Tetuán, Fez, Azemmur, Rabat, Salé y Xaouén, se han desarrollado a lo largo del tiempo varias técnicas de bordados, con arreglo a diversas influencias, cuyos productos, sin embargo, tienen varios motivos así como la gran riqueza de sus colores.
La ciudad de Fez está especializada en los bordados de seda sobre algodón y lino y en los trabajos con velos de satén e hilos de oro. En Rabat predominan la influencia de la herencia cultural de Al Ándalus, mientras que Meknés es más popular por sus bordados en suaves colores.
La ciudad de Salé destaca por los diseños y las formas de sus motivos y la ciudad de Azemmur por los coloridos bordados que sirven de adornos en sus cortinas.
Tatuajes
Las mujeres bereberes de todas las edades han adornado durante siglos sus rostros y manos con bellos dibujos tatuados de aguja o dibujos efímeros con harqus. En sus orígenes, estos tatuajes servían amuletos mágicos, actualmente es simplemente una decoración y se suelen tatuar las manos, cuello, cara o pies con motivo de fiestas especiales.
Las cuatro grandes ciudades imperiales son Fez, Marrakech, Meknés y Rabat las cuales han compartido el tener este gran honor.
El circuito de 1.047 km suele tomar 8 días, y puede realizarse en autocar o automóvil (el paisaje merece la pena y las carreteras se encuentran en un buen estado), en tren, o volando de una ciudad a otra.
CIUDADES IMPERIALES: RABAT, MEQUÍNEZ, FEZ Y MARRAKECH
Las cuatro grandes ciudades imperiales son Fez, Marrakech, Meknés y Rabat las cuales han compartido, por turnos, este gran honor.
El circuito de 1.047 km suele tomar 8 días, y puede realizarse en autocar o automóvil (el paisaje merece la pena y las carreteras se encuentran en buen estado), en tren, o volando de una ciudad a otra.
Los puestos de los guías oficiales del Ministerio de Turismo, suelen encontrarse a las puertas de los principales hoteles, en las dependencias oficiales y en las delegaciones del ministerio, en donde se podrán obtener las mejores recomendaciones
Arquitectura en Marruecos En arquitectura las impresionantes construcciones marroquíes se pueden dividir en aquellas que tienen un carácter religioso, como mezquitas, minaretes y madrasas; y civiles, como medinas, murallas, puertas y viviendas.
Las mezquitas son los lugares de culto de los musulmanes. Al entrar se descubre un patio porticado con una fuente para las abluciones desde el que se puede acceder al haram, sala de rezos principal donde se encuentra el mihrab, la hornacina cavada en el muro que se encuentra orientado hacia La Meca y que indica la dirección en la que se debe rezar. A su izquierda se levanta el minbar, la cátedra desde la que predica el imán en la oración de los viernes. Todo ello suele estar decorado con hermosos dibujos o tallas geométricas y florales.
Los minaretes son las elevadas torres que se levantan en las mezquitas desde las que los muecines llaman a la oración. Su forma es normalmente cuadrada aunque existen también algunos cilíndricos y suele estar coronado por una cúpula. Su hermosa decoración cuenta, además de las ventanas a varias alturas, con distintos motivos geométricos o florales tallados en piedra o en fascinantes mosaicos de vivos colores.
Las madrasas son los lugares donde se imparten las enseñanzas religiosas además de otras materias y también son el lugar donde habitan los estudiantes. Las madrasas cuentan con un patio central con una fuente para las abluciones del que salen distintas galerías donde están situadas las habitaciones de los estudiantes y como peculiaridad típicamente marroquí destaca el haram, la sala de grandes proporciones que se usa tanto para el rezo como para impartir las clases.
Las medinas, ciudades árabes por excelencia, destacan por su curioso trazado de callejuelas intrincadas en donde se mezclan viviendas de varias alturas con mezquitas, plazas, jardines, mercados y fuentes, ofreciendo un espectáculo único en el mundo.
Las puertas y murallas son elementos imprescindibles en la arquitectura marroquí. Las primeras cuentan con el hermoso arco de herradura y, a veces, con el de medio punto, bellamente decorados con motivos originales como merlones, escritura cursiva, conchas, motivos geométricos o florales, molduras ovaladas e, imprescindibles, los maravillosos mosaicos de vivos colores.
Las viviendas no llaman la atención desde el exterior, sin embargo, cuando se atraviesa la puerta un nuevo mundo se abre hacia el interior con un patio que suele tener en su centro una fuente y agradables habitaciones y terrazas, punto de reunión con la vecindad al atardecer.
La arquitectura berebere resulta impresionante con sus construcciones de adobe que se pueden apreciar en las kasbahs, los pueblos fortificados de los oasis. También resultan muy curiosas las tiendas que utilizan los pastores nómadas durante la trashumancia del ganado.
Literatura
Marruecos cuenta con una nutrida literatura que ha conseguido deleitar a numerosos lectores de todo el mundo. El-Omari en el siglo XIV o cuentos berebere de gran belleza como Abdessalam NId Bram son tan solo una muestra. En los últimos tiempos destacan Mohammad Kheir-Eddine con su novela “Agadir”, Ahmed Sefroui Gran Premio de Literatura de Marruecos con “El Rosario de Ámbar”, los poemas de Mohammed Ben Brahim el-Marrakchi o la fascinante novela “Sueños en el Umbral” de Fátima Merlnisi. Todos ellos acercan Marruecos a todo el mundo, sin olvidar a Tahar Ben Jelloun (Premio Goncourt 1987) con la novela “El Niño de la Arena”.
Alfarería
La artesanía marroquí ha pasado de generación en generación, de padres a hijos, con gran esmero consiguiendo piezas de gran belleza. Cabe destacar especialmente la alfarería, el tejido de alfombras, los bordados, la cestería, el trabajo en cuero, la joyería y los objetos de cobre y madera.
Sin lugar a dudas, las mejores muestras de alfarería se encuentran en Fez y en Safi. En la primera de ellas por ser pionera, se trabaja fundamentalmente la cerámica de color azul, mientras que Safi, la heredera natural de la anterior, predominan los colores marrón, verde y amarillo.
En ciudades como Azemmur, Marrakech, Meknés, Rabat y Tarudant abundan las muestras en tosco barro vidriado o esmaltado, si bien es cierto que cada región -que produce un tipo de cerámica- realiza dos tipos de producciones: las puramente ornamentales y aquellas que tienen un fin utilitario, ya sean para el transporte o la conservación de alimentos. Suelen estar decoradas con figuras geométricas o simbólicas.
Textiles
Dentro del mundo de las alfombras siempre hay que hacer distinciones. La primera de ellas es en función de su posible uso y del lugar donde se colocarán, condiciones que influyen en la dimensión y composición del producto (definido por su trama y el número de nudos). Y es que existen alfombras campesinas y de ciudad, siendo las más populares estas últimas, sobre todo las fabricadas en Rabat, en las que hay un predominio del rojo y de figuras de influencia oriental.
Las denominadas alfombras campesinas o bereberes, con motivos geométricos, son más toscas pero de mayor colorido. Entre sus categorías destacan las del Medio Atlas, bien sean las de fondo coloreado de Meknés o las de fondo blanco y figuras oscuras de Taza; las del Alto Atlas, de fina constitución; las de Marrakech, las más imaginativas; y las del Este del país, de tonos azules y verdes sobre fondos oscuros.
En el norte de Marruecos, especialmente en ciudades como Azemmur, Fez, Meknés, Rabat, Salé, Tetuán y Xaouén, se han desarrollado a lo largo del tiempo diferentes técnicas de bordados, con arreglo a distintas influencias, cuyos productos, sin embargo, tienen en común los motivos así como la riqueza de sus colores.
La ciudad de Fez está especializada en los bordados de seda sobre lino y algodón y en los trabajos con hilos de oro y velos de satén. Meknés es popular por sus bordados en suaves colores, mientras que en Rabat predominan los motivos de la herencia del Al Andalus. La ciudad de Salé destaca por las formas y diseños de sus motivos y Azemmur por los coloridos bordados que sirven de tapices o adornos para las cortinas.
Artesanía Tradicional
La cestería en Marruecos ha sido concebida para responder a las necesidades ordinarias de sus habitantes. En su fabricación se emplean materiales tales como la palmera enana, el junco y la caña para crear mobiliario de jardín, lámparas, sombreros y diversas cestas que facilitan el transporte de cuantas compras se realicen.
Los artículos en cuero de este país son muy populares entre los turistas. Sus trabajos se han sofisticado con el paso del tiempo, de forma que no es nada complicado dar con magníficos pufs, cojines, bolsos, maletas, cinturones y cazadoras. Antiguamente tan sólo se fabricaban sillas de montar, lomos para libros o babuchas.
La joyería es fundamentalmente en oro, aunque la plata y las piedras preciosas también forman parte de este antiquísimo oficio, practicado por un gremio que ha venido habitando los mismos barrios desde hace muchísimos años en ciudades como Essaouira, Fez, Marrakech, Meknés, Rabat, Salé y Tánger.
La joyería berebere rural tan sólo existe en plata. En Ouarzazate, Tazenajt y Talouin existen bonitas piezas fabricadas por estas tribus, que suelen fijar el precio en función del peso, obviando la calidad o la estética del objeto. Sus puñales curvados son ciertamente admirables.
Tatuajes
Las mujeres berebere han adornado durante siglos sus manos y rostros con bellos dibujos tatuados con una aguja o dibujados con “harqus”, pintura que se cae al escamarse siendo fácil de limpiar después de la descamación. En sus orígenes, estos tatuajes significaban la identificación a una tribu o amuletos mágicos, actualmente es simplemente una decoración y se suelen tatuar las manos, pies, cuello o cara con motivo de fiestas especiales.
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