Fueron los holandeses, en el año de 1598, los primeros en establecerse en la isla y quienes la bautizaron como Mauritius, en honor del Príncipe de Orange, Mauricio de Nassau. Además de constituirse en una escala importante en la ruta Holanda-Java en clara competencia a la Compañía de las Indias, los colonos holandeses se extendieron rápidamente, iniciando la explotación de los bosques e introduciendo el cultivo de la caña de azúcar. El primer asentamiento de colonos tuvo lugar en Ciudad del Cabo. Sin embargo, a principios del s. XVIII, en el año de 1710, la próspera situación se vio truncada por la aparición de la peste amarilla, obligando a sus habitantes a abandonar e incluso a prenderle fuego a la isla para evitar la propagación de las epidemias. La gente terminó quemando los bosques de ébano para impedir que la peste se extendiera por el país. Esto provocó la extinción del pájaro mítico dodó.
La colonización inglesa en Isla Mauricio La rica exuberancia de la isla, no obstante por los primeros avatares, atraía los intereses de algunos imperios europeos. Francia fue la primera en no perder el tiempo y tan sólo cinco años después del abandono de Mauricio, fue ocupada por agentes de la Compañía Francesa de las Indias Orientales, iniciando su explotación mediante la importación de esclavos.
En 1735 la corona francesa asumió el control directo de la isla, nombrando como primer gobernador al Conde Bertrand Francois Mahé de Labourdonnais, quien introdujo una administración básica, organizó la construcción de colonias, dominó las rebeliones de los negros y otorgó un gran impulso a la región, especialmente por la extensión del cultivo de caña de azúcar. La mano de obra era india y china. Los franceses rebautizaron la isla como la “Ile de France” Isla de Francia.
A principios del siglo XIX, las guerras napoleónicas tuvieron importantes repercusiones ya que los ingleses capturaron la isla en el año de 1810. La nueva soberanía fue confirmada por el tratado de París 1814 y se restableció el antiguo nombre holandés de Mauricio. En 1825 se estableció un Consejo de gobierno y poco más tarde, en 1835, se abolió la esclavitud. La colonia conoció en esta época una prosperidad creciente basada en la cada vez mayor demanda de su principal producto agrícola: la caña de azúcar.
El siglo XIX transcurrió brillantemente para este paraíso natural. Se vencieron enfermedades endémicas, se instalaron hospitales y se desarrollaron las comunicaciones de la isla. En el ámbito cultural la construcción de escuelas y la aparición de los primeros periódicos en Mauricio hizo retroceder poderosamente el analfabetismo, no sin antes salvar enfrentamientos con las ancestrales tradiciones de las culturas indígenas.
Después del año 1860 la isla sufre un retroceso causado por la construcción del Canal de Suez en 1869, lo que supone un aislamiento de las nuevas conexiones marítimas, y más tarde, hacia finales del siglo, por la presencia de ciclones, epidemias y por una fuerte superpoblación. No hay que olvidar que los ingleses importaron numerosa mano de obra barata, mayoritariamente indios, chinos y malgaches.
La Independencia de Isla Mauricio La Primera Guerra Mundial no supuso ningún cambio sustancial para la situación de Mauricio, por contra, durante la Segunda Guerra Mundial los ingleses utilizaron la isla como base naval y aérea, tras la caída de Singapur. Durante el intervalo entre estas dos guerras, la baja mundial de los precios del azúcar, provocado por la depresión de 1929, produjo una grave crisis en la isla, lo que provocó la introducción de nuevos cultivos, como el maíz, la yuca y la patata.
En 1957, restablecida ya la economía, se pusieron de manifiesto las profundas diferencias entre las comunidades de origen hindú y francés, representadas, respectivamente, por el partido laboralista y el partido socialdemócrata de Mauricio. En las elecciones de 1963 triunfaron los laboristas, con el apoyo masivo de los obreros no cualificados y de los peones de las plantaciones de caña. Fue nombrado Primer Ministro Seewoosagur Ramgoolam, quien iniciaría una fuerte campaña en favor de la independencia de la colonia. Estas medidas desembocaron en fuertes disturbios en el año de 1967, provocados en parte, por los conflictos laborales y por la población criolla y de origen francés, opuesta a la independencia. El partido que les representaba triunfó en las elecciones de 1967 y ese mismo año, de acuerdo con lo acordado en la Conferencia Constitucional de Londres de 1965, se anuncia la independencia del país para el año de 1968. Ese mismo año estuvo plagado de incidentes y disturbios, propiciando la intervención de tropas británicas por vía aérea.
La independencia fue proclamada el 12 de marzo de 1968, con la fuerte oposición de los sectores económicos dominantes plantadores de azúcar, y de los mestizos que veían peligrar su hegemonía si desaparecía la protección británica. A pesar de haber obtenido su independencia, Mauricio continuó siendo miembro de la Commonwealth hasta el 12 de marzo de 1992, día en que se proclamó República Democrática Independiente.
Desde entonces, la explotación de la Isla, tanto en el ámbito agrario como turístico, ha dependido directamente de las autoridades de Mauricio. Es un país fundamentalmente dedicado a la agricultura especialmente al cultivo de la caña de azúcar, representando el 60 del Producto Interior Bruto. Cerca del 50% de la superficie de la isla está dedicado a la agricultura. Otra fuente de beneficios la constituye la exportación de té a los países de África del Sur, sin olvidar el cultivo del tabaco y de las flores ornamentales. Sin embargo, gran parte de los recursos se destinan a la importación de otros productos de los que carece la isla, tales como el arroz o la patata.
La segunda industria en importancia es la industria textil y gracias a que se ha convertido en la primera zona franca del Océano Indico, Mauricio destaca por la importación, tratamiento y exportación de productos manufacturados. El turismo es otra de las industrias principales del país.
La bandera de Mauricio resume de alguna forma su inquietante historia, en donde el color rojo representa la lucha por la independencia, el azul el símbolo del Océano Indico, el amarillo como recuerdo de la victoria de la revolución y el verde por el color de su tupida vegetación. Tan variadas influencias han hecho de la Isla Mauricio un conglomerado de culturas teñido con matices exóticos que sólo los auténticos paraísos naturales pueden ofrecer.
En cuanto al resto de las islas que componen las Mascareñas, en 1512 un piloto portugués, Mascarenhas, de ahí el nombre del archipiélago, descubrió la isla de Reunión y la llamó Santa Apolonia. Rodrigues, la tercera isla importante del grupo fue descubierta en 1528 por Diego Rodríguez. Es la única que ha conservado el nombre portugués. Cuando fueron descubiertas estas islas estaban casi en un estado salvaje, no estaban habitadas. Por lo que los portugueses no decidieron asentarse en ellas. Fueron los holandeses los que finalmente hacia el 1644 se establecieron en Rodrigues durante tres meses. Después de este desembarco, llegaron a la isla en diferentes incursiones, franceses e ingleses. En el siglo XIX la población de Rodrigues comenzó a aumentar con la llegada de esclavos africanos liberados en Mauricio. Sin embargo hasta la segunda guerra mundial la isla no comenzó su desarrollo económico y social. Rodrigues se vio favorecida por la entrada de divisas que los soldados ingleses llevaron allí. Actualmente la isla vive del turismo.