En Montilla, capital del vino de la campiña cordobesa, se pueden degustar los más exquisitos finos y amontillados, con denominación de origen. Una de las joyas de los Montilla-Moriles es el vino dulce Pedro Ximénez, que se obtiene tras pasificar las uvas al sol, una vez vendimiadas, y añadir al mosto aguardiente hasta dejarlo entre 15 y 17 grados. En Montilla también se elaboran brandys. Y como plato típico está el gazpacho blanco con habas secas y clara de huevo, sin olvidar sus deliciosas alcachofas, además de la dulcería típica: magdalenas, roscos de vino, bollos de leche, tortas de aceite apestiñadas o roscos de manteca.